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Por Pablo Serey Correa
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¿Fue o no fue un fracaso? Más allá del apelativo que se le ponga, en Universidad Católica no hubo un discurso aunado respecto al bochorno sufrido en la Copa Sudamericana, tras quedar fuera de competencia en primera fase a manos del modesto Real Potosí de Bolivia.
Las calificaciones que se hicieron desde los distintos estamentos del club fueron diferentes y en algunos casos se ubicaron en polos radicalmente contrarios. Y ahí el concepto fracaso tuvo asidero para algunos y no para otros.
«Es un rotundo fracaso, no lo tenía en mis planes, pero somos un equipo bastante maduro, que quiere salir de esta y esperamos el domingo. Nos duele mucho», opinó el delantero Nicolás Castillo, uno de los más críticos en la Franja.
Por su parte el volante argentino Diego Buonanotte, prefirió no ser tan tajante. «A mi la palabra fracaso no me gusta, sí cometimos un gran error ya que no pudimos lograr el objetivo que era pasar de fase. Ahora no queda otra que ir el fin de semana, ganar y seguir para adelante», estimó el Enano.
En tanto el presidente de Cruzados, Juan Tagle, expuso en entrevista con Radio La Clave que «la palabra fracaso no corresponde. Fracaso es cuando uno no trabaja, no traza objetivos. Es una frustración, un dolor, porque yo veo como trabaja este cuerpo técnico».
Mientras que el DT Mario Salas, al ser consultado por la autocrítica y la posibilidad de considerar como un fracaso lo sucedido en la fría noche de miércoles contestó lo siguiente: «yo creo que sí hay una autocrítica, sin duda, el único responsable de esto soy yo como técnico, no encontré la posibilidad de batir la defensa de Real Potosí y la entrega de los jugadores fue elogiable».
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Los movimientos en el campo
Más allá del resultado final, los cambios en cuanto nombres y funciones dentro del campo provocaron la ira de los hinchas que asistieron a San Carlos de Apoquindo. Y es que las modificaciones del Comandante implicaron labores poco habituales en varios de sus dirigidos.
Con un dibujo 4-2-2, por ejemplo, Carlos Espinosa terminó jugando como un volante central muy retrasado, incluso metido entre los centrales; José Pedro Fuenzalida las ofició de lateral izquierdo; mientras que Nicolás Castillo actuó como mediapunta.
Justamente el último de los nombrados en el párrafo anterior confesó el porqué actuó en un puesto prácticamente inédito para él. «La instrucción era que tenía que estar arriba, pero veía que había un espacio ahí y que podíamos hacer daño por ahí. Fue totalmente decisión mía», explicó el oriundo de Renca, quien se colocó varios metros más atrás del área, su habitual lugar.
Pero ante dichos movimientos llamativos, el técnico estudiantil estableció que «no hay nada que nosotros hagamos que no esté planificado y los jugadores no lo sepan, aquí no hay nada al azar. Aquí las cosas pueden resultar o no pueden resultar, pero aquí no hay nada al azar. Aquí los jugadores saben cuál es nuestro sistema madre, saben cuáles son nuestros principios y variantes».
Por otro lado, el arquero Cristopher Toselli trató de interpretar la intención del viñamarino con las modificaciones nombradas anteriormente. «No soy técnico y Mario sabrá más el porqué. Me imagino que era para tener más la pelota, porque ellos no nos atacaban, tampoco tenían mucha gente arriba, entonces me imagino que iba por el tener más profundidad. Si el resultado hubiese sido positivo, todos estaríamos todos alabando a Mario», planteó.
Y como se dijo desde un principio en esta nota, más allá del apelativo, la eliminación de la UC implica un duro golpe en la precordillera, pues pese a que deportivamente se le dio prioridad al Apertura por sobre la Sudamericana, la directiva de Cruzados esperaba que el equipo avanzara, al menos, a octavos de final del nombrado certamen continental.
GRAF/PS