Opinión

Columna: La boca de Vidal

Las palabras de Vidal generaron un clima de clásico en la previa al partido con Paraguay.

Agenciauno Por Carlos Silva Rojas, editor de El Gráfico Chile Cuando Vidal dijo muy suelto de cuerpo en el aeropuerto que Chile «es la selección más fuerte del mundo» no me causó sorpresa alguna, porque todos conocemos el historial del volante, que en sus primeros pasos por Colo Colo acostumbró a la prensa a regalar frases para poner en algún titular. Pero esta vez la boca del Rey alimentó un odio generalizado en el rival de turno, Paraguay, que se colgó de las palabras del 8 para crear un clima de «clásico», el cual nunca se había provocado en la previa a un partido ante los guaraníes. Quizá no fueron las palabras de la figura del Bayern las que provocaron ese odio, pero sí las gatillaron. Hace un tiempo Guarello escribió en estas páginas que cuando los rivales empiecen con «los celos» cuando se hable de Chile, iba a ser que «estamos adentro». Y claro que lo estamos. Esta Selección se tiene que acostumbrar rápido a su nuevo status, a que todos saldrán desde el primer segundo a ganarle porque son los actuales bicampeones de América. Eso al parecer se les olvidó, porque antes de los 10 minutos Toselli tuvo que ir dos veces a buscar la pelota dentro del arco en Asunción. Todos miran a Chile diferente, ya no es la «niña bonita» que juega lindo y no gana nada. Vidal, con su verborrea, asume el salto que dio la Roja, aunque de paso «ayudó» a la arenga del Chiqui Arce en su charla técnica, y también colaboró en el gol de Óscar Romero al perder la pelota en la salida. Aunque después del partido no tuvo problemas en señalar que «la culpa fue de Toselli». Vidal tiene en sus manos, más bien dicho en sus pies, la oportunidad de ser el mejor jugador chileno de todos los tiempos. De hecho, tiene pergaminos de sobra para decir que está está ad portas de ser considerado el más grande de todos. Aunque para eso tiene cosas extrafutbolísticas para mejorar. Sus declaraciones. Su relación con los compañeros. Su carácter. De hecho, un dato para considerar es que el tercer capitán (tras Bravo y Medel) es Alexis y no él. Para mí, Vidal es por lejos el mejor de esta «generación dorada». Juega de todo y se dio el lujo de decir presente en un Mundial con la rodilla a la miseria, y cuando todos auguraban que esa decisión podía truncar su carrera, pasó todo lo contrario. Su nivel crece aún más temporada a temporada. Pero insisto, si hablara más y mejor, donde sabe, que es en la cancha, no «ayudaría» tanto al rival. Puede sonar cliché, pero en las Eliminatorias Sudamericanas no siempre se gana con fútbol, acá priman situaciones hasta geográficas que resulta complejo definir un partido. La boca de Vidal estuvo cerrada antes de jugar con Bolivia, un partido que debería ser abordable para los bicampeones de América. También me gustaría que la boca de Vidal estuviera en silencio en la fecha que tienen anotados muchos futboleros. El 15 de noviembre de 2016, cuando Uruguay vuelva a Santiago tras «el dedo de Jara», que para mí, es el partido clave a la hora de pensar en una clasificación para Rusia. La boca de Gary lo tendrá fuera prácticamente de todos los partido que le quedan a la Roja este 2016, nadie quiere que suceda lo mismo con Vidal… GRAF/CS

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