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Por Diego Espinoza Chacoff Las tres fechas de sanción que le entregó el Tribunal de Disciplina de la ANFP al técnico de la U, Sebastián Beccacece, parecen haberle pesado. El ex ayudante de Jorge Sampaoli pateó un refrigerador en el pasado Clásico Universitario y hasta de la dirigencia de Azul Azul le pidierom calma. Una paciencia que el rosarino tuvo que combatir este jueves, precisamente enfrentando a la UC por la Supercopa de Chile, y que tuvo que trabajar peleando contra sus demonios internos en un complejo partido que terminó siendo muy adverso para sus dirigidos en el estadio Ester Roa Rebolledo. En ese escenario, el DT argentino quiso dar una señal al comenzar sentado en el banco junto a sus ayudantes, pero con el correr de los minutos rápidamente se paró en el área delimitada para los entrenadores. Tratando de controlarse gritó para sí mismo los errores defensivos que costaron los goles cruzados y también los penales –a su juicio- no cobrados a la U. Eso sí, Beccacece no pudo contra su yo interno y, aunque no protagonizó mayores escándalos como el del aparato de bebidas isotónicas, el adiestrador azul se enfureció mucho en el segundo tiempo y hasta tuvo que ser regañado por el cuarto árbitro Julio Bascuñan. Tras el pitazo final de Jorge Osorio, el cuestionado técnico de la U notó como el peso de las derrotas constantes caía sobre sus hombros y se fue a sentar a la solitaria banca azul. Para levantarle el ánimo, sorpresivamente fue el DT de la UC Mario Salas quien acudió a saludarlo y abrazarlo, bajo la perplejidad que seguía mostrando el argentino. Con tres derrotas al hilo, Beccacece continúa siendo muy cuestionado en Azul Azul y sólo el quedar entre los 3 mejores del campeonato nacional, o la obtención de la Copa Chile podría permitir su permanencia en la banca de la U. GRAF/RR