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Por Rosa Sulleiro de Agencia AFP
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Han tenido que pasar 22 años, decenas de entrenadores, una Libertadores, dos descensos y sonadas decepciones para que el Palmeiras pueda gritar por fin que es el campeón del campeonato brasileño. Lo consiguió este domingo y, como todo en este club centenario, no fue sencillo.
La interminable espera por el noveno título acabó por fin con el éxtasis colectivo de la victoria ante el Chapecoense (1-0), en una tarde que los 40.000 hinchas que desbordaron el estadio del ‘Verdao’ en Sao Paulo desearon que no acabara nunca.
Tras meses liderando la tabla, el trofeo se hizo de rogar para un equipo que trataba de mantener la cabeza fría frente a la pasión de una de las ‘torcidas’ más numerosas de Brasil, a la que ya se le habían escapado los fuegos artificiales la semana pasada.
«¡Qué difícil es ser campeón, Dios mío!», afirmó entonces el técnico del Palmeiras, Cuca, cuando quedaron a un paso de ganar el título con dos fechas de antelación.
Con la victoria de este domingo y el final definitivo de la desesperada carrera por el milagro del Santos, el Palmeiras cierra un ciclo convulso donde el brillo de los últimos años del siglo XX dio paso a una época sombría.
«Nos sacamos un peso de 22 años de la espalda», afirmó el capitán Dudu al dejar el campo.
GRAF/DE