El Gráfico Chile

La sorpresa que tenía preparada el utilero de Chapecoense para la final

Anderson Donizete había preparado unas fotografías especiales para que el plantel tenga en el estadio Atanasio Girardot.

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Hace dos años, el nombre de Chapecoense podía no sonarle a muchos hinchas del fútbol. Los de Chapecó recién volvieron a la primera división de Brasil en 2014, pero de a poco se hicieron notar y este año llegaron a la cúspide al sorprender a todos y alcanzar la final de la Copa Sudamericana. 

Sin embargo, su nombre suena fuerte en los últimos días y no es por un motivo de festejo o de la alegría del pueblo brasileño. El club está en boca de todos por la tragedia aérea que los afectó y que dejó un saldo de 71 fallecidos, entre los que estaban los jugadores, el cuerpo técnico, staff del club y periodistas.

El accidente que sufrieron mientras se trasladaban a Medellin enlutó al fútbol mundial y los homenajes no se hicieron esperar. Propuesta de préstamo gratuito de jugadores, minutos de silencio y una cinta negra en las distintas camisetas, fueron sólo algunos de los gestos que se vieron el pasado fin de semana en Brasil y el mundo. 

Las lágrimas han abundado con las distintas muestras de apoyo que ha recibido Chapecoense y con los distintos detalles que salen a la luz. Ahora, por ejemplo, fue el homenaje que les tenía preparado el utilero del club, Anderson Donizete, en el camarín del Atanasio Girardot. 

Cocada, como era conocido por todos en Chapecó, quería sorprender a los jugadores con un emotivo gesto, pero el accidente todo lo cambió. Según informó GloboesporteDonizete tenía preparadas distintas fotografías para adornar el vestuario del estadio colombiano.

El gesto no era nuevo para el utilero. Ya en el resto de la Copa Sudamericana y sacando plata de su bolsillo, imprimió posters con la imagen de cada uno de los jugadores del plantel y las pegaba en los puestos que utilizaban en los camarínes visitantes, además de otro con la leyenda «este es un vestuario de campeones». 

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Sin embargo, para la final tenía una sorpresa. Utilizando las mismas imágenes de todo el proceso anterior, ahora las acompañó con fotografías de los familiares y la leyenda «¿seremos campeones? Sean campeones por ellos (familiares)». Además el cartel que decía «este es un vestuario de campeones» ahora rezaba «algunos cuentan leyendas, otros cuentan historias. Nosotros las hacemos». 

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