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Por Pablo Serey Correa
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De ídolo en la cancha a uno de los personajes más controvertidos fuera de ella. La historia de José María Buljubasich en Universidad Católica tiene capítulos contrapuestos. El hombre del récord de imbatibilidad es el mismo que cargó con las mayores críticas durante la amarga racha sin títulos post 2011 y es el mismo que recupera elogios por el exitoso 2016 de la UC.
No muy habitual ante los micrófonos para hablar sobre asuntos que van más allá de las decisiones específicas de su gestión, en esta segunda parte de la extensa entrevista que brindó a El Gráfico Chile, el gerente deportivo de Cruzados confiesa cómo ha sido su vida desde el complejo cargo que asumió en 2010 en el club de Las Condes.
En estas líneas, el campeón como jugador con la Franja en el Clausura 2005 reconstruye parte de aquellos años en que Católica tuvo que atravesar por un túnel oscuro, de las cinco ocasiones en las que presentó su renuncia ante el directorio, de su relación con la fanaticada y de cómo su apego al club y su fuerte afición familiar lo llevan a proyectar un futuro en la preocordillera.
¿Qué sensación te deja el cierre del 2016 en Universidad Católica?
La sensación es de satisfacción por haber cumplido con el trabajo, con el objetivo propuesto y que se haya terminado todo con éxito. En otros años hemos tenido el trabajo bien hecho, pero al no tener el éxito no se valora, entonces esta vez es una satisfacción muy grande por lo que pasó, por haber entrado en la historia del club. Me deja muy contento.
¿Qué tan distinto fue el cierre del segundo semetre de 2016 en comparaicón con el primero?
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El primer semestre la tensión que venía acumulada de los años sin lograr títulos hizo que el festejo fuera mucho más emocionante, un desahogo más grande y el segundo semestre fue ya con la tranquilidad de haber logrado el objetivo. Creo que el equipo logró incluso un vuelo futbolístico más alto y se terminó disfrutando mucho más en cancha y durante los partidos se festejó, pero no con tanta emoción como se había festejado el primer campeonato. Lo que sí hubo fue la reafirmación de haber cumplido con el objetivo que se tenía para el segundo semestre que era ir por el bicampeonato.
Entre los aspectos que se han destacado del año en Católica fue el acierto que hubo en materia de refuerzos y ante ello se ha destacado tu gestión ¿Cómo tomas esos elogios?
Los tomo con tranquilidad, porque uno tiene la obligación de hacer un análisis más largo y con tiempo. Nosotros este campeonato salimos campeones con un 68% de los puntos, en el anterior lo hicimos con un 64%. En el 2011 no salimos campeones y sacamos un 72%, en el 2013 no salimos campeones y sacamos 76% y un 74% y así sucesivamente, entonces quiere decir que no tiene que ver con un acierto de refuerzos, sino que tiene que ver con un proyecto de trabajo de la institución y que ha sido parejo a lo largo de los años, con la diferencia que el contexto de este año nos permitió salir campeones. Las circunstancias hicieron que pudiéramos salir campeones y sí hay que validar eso, pero creo que el trabajo no se supedita al acierto de solamente tres refuerzos como diciendo así que antes nunca se acertó. Esta vez se trajeron tres jugadores que se sumaron a jugadores que llegaron en enero, a jugadores que habían llegado a junio de 2015, a otros que habían llegado en junio de 2014, otros en junio de 2012. Ha sido una planificación larga. Injustamente no salimos campeones en otros momentos en que también lo merecimos.
¿Los títulos de la UC en 2016 pasaron por la falta de competencia por parte de los otros equipos entonces?
No, simplemente las circunstancias. Por ejemplo, hay veces que sucede como al Real Madrid de Pellegrini que sacó 100 puntos y Barcelona sacó 102, pero el trabajo estuvo bien hecho y son circunstancias. La liga chilena es muy competitiva, es una liga donde se juega bien al fútbol, hay buenos equipos, cualquiera le puede ganar a cualquiera, no comparto cuando dicen que la liga es mala, yo creo que hay muy buenos partidos, hay buenos espectáculos y se juega bien al fútbol.
Con el panorama actual ¿Cómo miras esos duros años en que la UC no lograba éxitos y que se te calificaba como uno de los principales responsables de aquello?
Lo miro con el orgullo de participar en una institución en la que hay un directorio que traza las líneas, que tiene convicción en lo que hace, que cometemos errores como todo el mundo, pero que hay un proyecto de trabajo y ese proyecto no sólo se incluye en la manera en cómo juegue el equipo, también está en la manera de hacer las cosas día a día, en la manera de contratar, en la manera de programar, de planificar, a la hora de trabajar con los entrenadores. Creo el hecho que haya un directorio que mantuvo la calma en todo momento, que tomó decisiones muy correctas durante mucho tiempo, a pesar de que el resultado final no se daba, nos permite hoy estar disfrutando de un bicampeonato. Si el directorio hubiera tomado otro tipo de decisiones, tal vez no hubiéramos llegado a este logro, entonces lo miro para atrás y creo que no fue justo, deberíamos haber ganado títulos antes, pero a pesar de eso nosotros mantenemos buenas relaciones con los ex entrenadores, con los ex jugadores, porque contamos con una forma de trabajar que al final es gratificante.
En dicho período presentaste 5 veces tu renuncia ante el directorio…
Era lo correcto, había opiniones externas de hinchas, periodistas o de gente que estaba ajena al club que iban en función de un trabajo que, a lo mejor, ellos no sabían muy bien cómo se hacía y yo era el apuntado. Entonces, esa decisión fue para liberar al directorio de cualquier compromiso y para dar la señal que, como dicen acá, no estaba apernado a un cargo, siempre puse el cargo a disposición para que ellos tomaran la decisión, pero al mismo tiempo, al no tomar la decisión, indudablemente validaban mi función y demostraban que habían más cosas positivas que negativas de las que se estaban haciendo. Si hubiera habido más negativas que positivas no hubiera seguido trabajando, las renuncias no son renuncias con condiciones, son para liberar una situación y para que el directorio trabaje tranquilo. El directorio en todos esos casos siempre me fue ratificando porque hay un trabajo del día a día que no seabasa solamente en uno o dos refuerzos, hay un trabajo mucho más amplio que se hace y por eso uno se queda tranquilo. También fue una señal al exterior, para el directorio lo más fácil en ese momento era aceptar mi renuncia y se terminaba el problema, pero si no la aceptaban había una señal fuerte de respaldo.
De aquellas ocasiones ¿Cuál fue las más dura?
La vez que quedamos eliminados en la Copa Sudamericana con River Plate de Montevideo, el segundo semestre de 2014, ese fue uno de los períodos más duros y fue un momento amargo, muy tenso. Después las otras veces siempre tuvo que ver con términos de presidentes o situaciones de frustraciones que se deban, pero siempre era para darle la tranquilidad al directorio para que trabajara sin ataduras.
Como jugador te ganaste el cariño y respeto de la hinchada de la UC ¿Sientes que has perdido mucho de eso estando en el cargo de gerente deportivo?
Sí. Y eso tiene que ver con que en el fútbol es así y siempre seguirá siendo así. Los malos de la película son los dirigentes, entonces cuando uno pasa a la parte dirigencia, pasa a ser otra cosa, no el enemigo, porque no es así la cosa, pero lamentablemente se ve así. En general el jugador siempre está más blindado, siempre está más protegido, el entrenador un poco menos, pero los dirigentes mucho menos. Eso es una parte, uno lo asume, pero sí tengo la tranquilidad de que toda la gente que sabe cómo trabajo y toda la gente que está cerca de mí, llámese directorio, parte deportiva, administrativa, mis amigos, mi familia, siempre me han mostrado su apoyo y eso demuestra que valió la pena, porque en el fondo también las alegrías fueron muchas. Hoy si uno lo mira somos bicamepones, tenemos tres campeonatos en seis años y Católica generalmente no tiene ese promedio de títulos, también tenemos una Copa Chile, tenemos una Supercopa, se vendieron jugadores. Hay cosas que para mí son de lo más gratificantes y uno las mira con el tiempo, por ejemplo hemos logrado con este trabajo que los entrenadores terminen teniendo una muy buena relación con la institución más allá de cómo les haya ido, también el mantener una relación buena con muchos jugadores y seguir trabajando bien y con un buen ambiente, para mí todo eso es gratificante.
En todo el tiempo que llevas en tu actual cargo ¿Qué decisión puedes destacar como un gran acierto?
No sé si ese es el punto. Para mí el punto más importante es ser la parte negociadora de los contratos con los jugadores y poder entrar al camarín y tener una relación con ellos sin ningún problema, eso habla de la honestidad y de la manera en que hemos trabajado. En el día a día hay muchas cosas que son complejas de explicar, a mi el día a día en Católica es lo que más me gratifica , el hecho de tener una buena relación con los entrenadores, jugadores, con el directorio, el hecho de estar en un espectro donde uno que tiene que estar en todas las partes y tener una buena relación con todos, ese es un gran acierto.
Y en contraparte ¿Qué situación en específica podrías calificar como un error?
En esa hubo varias, pero las decisiones nuestras tienen que ver con elecciones en las que están involucradas algunas personas y decirlas entonces es feo. Creo que en ese sentido yo fui aprendiendo en el camino a mantener la calma en determinados momentos, a ser más frío a la hora de pensar y tomar decisiones, pero también es difícil decir ‘me equivoqué con este jugador o con este entrenador’, porque hay muchas personas de por medio y en eso hay que tener mucho respeto y mucho cuidado. Pero sí, indudablemente me ha tocado cometer muchos errores.
El rol de gerente deportivo es más o menos nuevo en el fútbol chileno. Siendo uno de los pioneros en la materia ¿Cómo has sentido el desarrollo de tu trabajo?
El gran mérito de todo esto es del directorio. El directorio de Cruzados estableció un organigrama de trabajo donde hay una gerencia general y una gerencia deportiva que tiene a su cargo a un entrenador, pero donde los cargos se respetan. En la medida que haya respeto, funcionamos. Está claro que el que manda acá es el directorio, está claro que el entrenador tiene una parte importantísima en el andamiaje del club y hay un gerente deportivo que navega entremedio de todos esas partes, pero lo más importante es que hay un directorio que tanto con Jaime Estévez, como con Luis Larraín o con Juan Tagle ha funcionado de la misma manera y eso hace que el cargo se haya validado y hoy estoy yo, mañana estará otra persona, pero seguramente va a seguir funcionando así porque el club lo entiende así y creo que eso es bueno para todos, para el directorio, para el cuerpo técnico, para los jugadores, en la mediada que las asesorías al directorio y el día a día con el cuerpo técnico vayan funcionando me irá sosteniendo en el cargo, si no vendrá otro y cuando venga otro esto seguirá funcionando bien.
Siguiendo en el tema de tu cargo en la UC ¿Cuáles son tus nuevas metas y nuevas tareas al mando de la gerencia deportiva cruzada?
Para mí seguir trabajando como siempre. El fútbol indudablemente no permite descanso, demanda energía permanente, no permite relajo, uno sabe que no va a ganar siempre, hay que estar preparado si vienen las malas o las no tan buenas, en cierta medida uno tiene que estar preparado para eso, entonces me proyecto en el club trabajando y dando lo mejor de mí, dedicándole el tiempo que sea necesario para que las cosas funcionen bien todo el tiempo que se pueda. Indudablemente estoy muy contento en el lugar en el que estoy, no tengo ninguna queja por la situación en la que estoy, por lo tanto mientras pueda seguir siendo un aporte y seguir sumando para que la Católica pueda ser más grande, indudablemente trataré de seguir en mis funciones.
En el fútbol jugadores y técnicos generalmente se proyectan para desafíos como la selección o probar suerte en el extranjero ¿cómo se proyecta la carrera profesional de un gerete deportivo como en tu caso?
Desde mi punto de vista he ido dándole mucha importancia a la familia, entonces hoy estoy en un lugar donde se me permite estar cerca de mi familia, estar en una ciudad en la que elegí vivir con mi familia y que me gusta, estoy en el club en el que me gusta trabajar, entonces no veo el porqué tener que salir. En cierta medida, esto no tiene un techo, uno sigue aspirando a lograr cosas, hoy se logró un bicampeonato, mañana por qué no ir por el tricampeonato, seguir peleando cosas, seguir haciendo cosas, el fútbol permite eso y no tengo esa necesidad de ir a otro lugar porque le doy prioridad a otras cosas, pero también eso pasa porque el club me da la posibilidad de trabajar, venir todos los días a trabajar a San Carlos es un privilegio, me gusta el ambiente que hay en el club, la manera en cómo nos relacionamos entre todos, desde el tiempo en que jugaba el club es un lugar muy agradable para estar, entonces no pienso en trabajar fuera de acá, a no ser de que sea extremadamente necesario o por obligación.
GRAF/PS