Jackson Follmann fue uno de los tres sobrevivientes del equipo de Chapecoense al accidente aéreo del 28 de noviembre, donde murieron 71 personas. El arquero brasileño sufrió, eso sí, la amputación de su pierna derecha en una cirugía tras la tragedia.
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Luego de recibir el trofeo de la Copa Sudamericana en el amistoso que protagonizó el enlutado equipo contra Palmeiras, el portero habló con el programa Fantástico de la cadena brasileña O’Globo sobre el accidente y lo que ha vivido a dos meses de la tragedia.
«Recuerdo cuando el avión se apagó, cuando las luces se apagaron. Vi que algo estaba mal. El avión no se cayó; después de apagarse, empezó a planear lento. No recuerdo el momento del impacto porque me desmayé. Pasó todo muy rápido«, aseguró el brasileño de 24 años.
«Recuerdo despertarme (después del rescate). Abrí mis ojos. Estaba oscuro y muy frío. Estaba tiritando. Grité ‘¡Ayuda, no quiero morir!’ Algunos de mis amigos, que seguían vivos, también gritaban. Escuché a los rescatistas llegar, diciendo que eran la policía nacional«, agregó el portero.
Follmann también comentó su vivencia en el hospital de Rionegro, en Medellín, cuando despertó después de la tragedia.
«Mi mamá llegó y me habló. Fue difícil. Ahí fue cuando me desperté. Lloré mucho cuando abrí mis ojos«, señaló el arquero.
De todas formas, a pesar del trauma del accidente, que no le permitirá volver a jugar fútbol a nivel profesional, Follmann quiere retomar la vida que tenía antes de la tragedia.
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«Me voy a casar. Quiero volver a tener una vida normal«, sentenció el brasileño.