Tras la práctica matinal de este miércoles, el volante de 37 años David Pizarro fue presentando como el segundo refuerzo de Universidad de Chile para el torneo de Clausura y la Copa Sudamericana. Pese a que lleva seis meses sin actividad tras su polémica salida de Santiago Wanderers, el jugador nacional estaba entrenando desde principios de año en el Centro Deportivo Azul y logró convencer a Ángel Guillermo Hoyos, nuevo técnico de la U, para que lo fichara.
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«Tomo este desafío como la última etapa de mi carrera, la voy a disfrutar mucha en la cancha y en el camarín. Una carrera tan importante como fue la mía tenía que tener un final feliz. Había que ponerle la guinda de la torta. La U tiene que volver a ser protagonista y pelear los campeonatos como siempre ha estado acostumbrado esta institución«, afirmó Pizarro en conferencia de prensa.
Aunque quiere dejar atrás su pasado, el volante tuvo que enfrentar los cuestionamientos sobre su estado físico tras los meses de inactividad y el alto sueldo que cobraba en Santiago Wanderers.
«Lo que viví en el 2016 fue una etapa muy nueva para mí, jamás me había lesionado tanto. Me fui metiendo en problemas que no eran míos, traté de resolver temas ajenos y eso obviamente me pasó la cuenta. En cambio ahora sólo quiero jugar, jugar, jugar«, sentenció el jugador por las discusiones públicas que tuvo con la dirigencia de Wanderers.
Con respecto a las críticas que recibió de parte de la hinchada de su antiguo club por fichar con la U, David Pizarro intenta aclarar que antes que aceptar la oferta del cuadro azul, intentó regresar a la quinta región. «Yo busqué volver dejando de lado todos los problemas de la dirigencia y fichar a costo cero, pero llegué a quedar sordo del portazo que me dieron. Obviamente no me iba a quedar llorando en mi casa y como buen chileno salí a buscar pega y encontré a la U», comentó el experimentado jugador.