El sorteo de la Copa Sudamericana arrojó llaves de todo tipo, varias de ellas entre conjuntos con escasa o nula experiencia internacional. Una de éstas es la que protagonizarán Patriotas Boyacá de Colombia, que hará su estreno en torneos subcontinentales, y Everton, que previamente sólo apunta dos participaciones en la Libertadores, en 1977 y 2009.
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Con el obvio desconocimiento mutuo entre ambos, el elenco de Viña del Mar saca una pequeña ventaja, pues tiene en sus filas al cafetero Wilson Morelo, con un largo recorrido por ocho clubes de su país. Por ello, las primeras referencias para el cuadro nacional corrieron por cuenta del ex Independiente Santa Fe, quien, con Los Leones, se consagró campeón de este torneo en la edición 2015, en la cual también fue uno de los cuatro máximos goleadores.
“Nos enteramos por él que es un oponente duro en su cancha. Dijo que ésta se ubica a mucha altura y que cuesta jugar en ese reducto”, advierte Franco Ragusa, un histórico de la escuadra viñamarina, con tres pasos por la institución. “Pero más allá de lo que nos comentó, no sabíamos nada”, reconoce el mediocampista.
“Además, nos contó que hay que hacer un viaje largo, porque no hay aeropuerto, y que hace mucho frío”, complementa el volante evertoniano, que, pese a lo anterior, admite que quedaron contentos con el emparejamiento. “Había equipos de renombre a los que no queríamos enfrentar en una primera ronda. De igual manera, será complicado y hay que ganarle al que se te ponga al frente, pero sí, es un rival más accesible”, confiesa.
El referente viñamarino alaba a su compañero colombiano recién llegado. “Es encarador y talentoso. Es bueno, va a andar muy bien”, avisa.
“Estamos ilusionados y confiamos en que podemos llegar lejos”, expresa el ex seleccionado sub 20. “Si me preguntas con qué quedamos conformes, te respondo con el título, pero tenemos que ir paso a paso”, cierra.
La serie arrancará en Viña del Mar, mientras que la revancha será en Tunja.