Por Javier Ríos, enviado especial a Buenos Aires
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La Marea Roja en caravana
30 buses y más de 3 mil personas llegaron junto a la barra oficial de La Roja que encabezó Mario Moreno, más conocido como el Chapulín. Escoltada por policías y sin problemas mayores, el grupo de barristas se sumó a los otros 4 mil chilenos que llegaron al Monumental de River que tenía un operativo gigante de 1.250 policías y 450 guardias privados. Ante la mirada atónita de todo Buenos Aires los gritos más repetidos fueron contra Messi y el «dale bicampeón»… Los tiempos cambian.
Pocos quedaron fuera
La barra chilena destacó en la noche bonaerense, sin embargo, hubo un par de fanáticos que el pasado les pesó. Eran dos barristas que tenían antecedentes de violencia en los estadios y que fueron derivados a un cuartel policial. A ellos se les sumó un grupo de cinco hinchas venidos de Santiago que sufrieron con la reventa y no pudieron ingresar al recinto de Núñez.
Locura por Messi
Fue el más aplaudido en la previa y tras anotar de penal el primer gol de Argentina desató la locura. «Qué de la mano de Lío Messi, todos la vuelta vamos a dar», gritaron los fanáticos locales, que tras cada toque del 10 le rendían pleitesía con reverencias.
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Pifias e insultos en el himno chileno
Los 60 mil argentinos no perdonaron las finales de Copa América perdidas y reaccionaron pifiando la canción nacional de Chile. También se escuchó fuerte el «el que no salta es un c…» que fue tomado como una afrenta por la Marea Roja que de todas maneras cantó el himno hasta el final.
El Rey Arturo calmó los ánimos y alentó a sus compañeros
No jugaba pero de todas maneras se vistió con el buzo de la selección y acompañó a sus compañeros en el camarín, ahí los motivó a ganar el partido y calmó los ánimos después de una semana movida, tras sus declaraciones y un vídeo supuestamente dedicado al rival.
La cancha del Monumental no aguantó
Pese a que llevaba más de 10 días sin ocuparse, la cancha del estadio de River Plate no estuvo a la altura de las estrellas que jugaban en su gramado. Desde el inicio se pudo ver a jugadores como Gary Medel tropezando con un pasto esponjoso y con lugares donde el barro aparecía después de cada pisada.
Argentina y las faltas violentas cerca del área
Cada vez que Chile buscó penetrar la defensa de la Albiceleste, los atacantes de la Roja chocaron con faltas en la medialuna del área justo en la antesala del penal, lo que molestó al técnico Edgardo Bauza. En el primer tiempo fue Alexis que recibió la infracción, mientras que en el segundo una mano de Banega alimentó las ilusiones rojas. La primera terminó desviada y en el segunda de Sánchez la pelota remeció el palo.
El enojo de Pizzi
Chile jugaba bien en el segundo tiempo y se acercaba con peligrosidad. Metido en el partido, Juan Antonio Pizzi motivaba a los rojos en busca del empate. Por eso su enojo cuando derribaron con una falta flagrante a Alexis Sánchez. El rosarino explotó y perdió toda su característica tranquilidad.