Por Diego Espinoza Chacoff y Pablo Serey Correa desde el Estadio Monumental
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Nicolás Castillo, goleador de Pumas de la UNAM y del torneo mexicano, era el elegido para reemplazar a José Pedro Fuenzalida frente a Venezuela. La idea del técnico Juan Antonio Pizzi era crear un potente trío en el ataque, para así comenzar presionando a la Vinotinto.
Una situación que se dio pero sin el jugador formado en Universidad Católica, ya que, finalmente, el elegido por el DT de la Roja fue Esteban Paredes. El 9 de Chile se sumó a Alexis Sánchez y Eduardo Vargas en la ofensiva y la fórmula resultó un éxito absoluto: en una cancha a la que está archiacostumbrado, lo que se notó con creces, el goleador de Colo Colo anotó dos tantos en el triunfo de la selección chilena.
Con el tanto de tiro libre de Sánchez para darle la ventaja a Chile, Paredes jugó tranquilo y seguro de sus opciones. Aprovechando las licencias defensivas de los venezolanos en el primer tiempo, el veterano delantero se dio un festín con las pelotas divididas y marcó sin muchos inconvenientes ante la Vinotinto. Todo esto enmarcado en una verdadera fiesta que tenían los hinchas en la tribuna, quienes animaban al jugador más veterano en convertir por la Roja como si fuera un duelo de Colo Colo.
Finalmente, y tras una noche gloriosa para Paredes, Pizzi decidió reemplazarlo a los 55 minutos para dar paso a Jorge Valdivia, dando fin a una corta pero exitosa noche del jugador formado en Santiago Morning. Los aplausos así lo reflejaron. Un Monumental vestido de rojo parecío transformarse a blanco para aplaudir de pie al máximo artillero del Torneo de Clausura.