El Gráfico Chile

Columna de la U: Sentido Social

A través de diferentes acciones, los hinchas universitarios buscan marcar presencia para recuperar el Club Universidad de Chile como herramienta social.

Andy Zepeda Valdés – Presidente Asociación Hinchas Azules

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Podría escribir sobre varias cosas en esta columna. Y es que temas hay varios, como el hecho de que estamos a tres puntos del líder a falta de cinco fechas para el término del campeonato; el progreso que ha mostrado el equipo; el que las autoridades aún no se pronuncien por los atropellos sufridos por chilenos en Brasil; la solidaridad sin parangón exhibida por la hinchada de la U durante esos aciagos días de detención; o de los 90 años que estamos por cumplir. Podría hablar de tantas cosas, pero hoy elijo escribir de lo que más orgullo me produce como hincha de la U: los avances en términos sociales que se han logrado en el último tiempo.

¿Qué avances sociales?, dirá el lector. “La U es una empresa y no ha habido avances sociales en los últimos 10 años”. Y si el lector pensara eso, tendría razón en la primera parte de su razonamiento, mas no en la segunda.

Hace poco tuve la oportunidad de exponer en la Comisión de Deportes de la Cámara de Diputados para dar a conocer nuestras observaciones y propuestas de indicaciones al proyecto que busca modificar la Ley de Sociedades Anónimas Deportivas Profesionales, y entre las tantas cosas que dije en el poco tiempo que tuvimos, señalé que, lamentablemente (pero esperanzadoramente a la vez), el rol social del Club Universidad de Chile queda en manos de los hinchas, ya que actualmente somos administrados por una sociedad anónima que poco y nada se preocupa de este aspecto, por considerarlo poco rentable.

En la Asociación Hinchas Azules existe la convicción de que los clubes, al tener su base y origen en la gente, deben cumplir un rol social. Deben servir como herramientas para que los hinchas puedan ejercer su legítima aspiración a incidir positivamente en la sociedad. A algunos esto les suena a locura, pero esos son los mismos que ven el fútbol como un negocio y, en el mejor de los casos, como un deporte. Quizá somos nosotros los desquiciados, pero entendemos el fútbol como una cuestión social, que agrupa a hinchas en torno a ideales y valores; y que esos ideales y valores pueden favorecer al contexto social si es que los clubes dan a los hinchas los espacios y las oportunidades para desarrollar iniciativas.

Actualmente la U, como institución, no nos brinda esos espacios. Como institución, ya está dicho, la U es tan solo una empresa y estas cosas le son ajenas. Estamos luchando para que eso cambie, para que la U vuelva a ser un club, pero mientras no llegue ese histórico día, no podemos quedarnos de brazos cruzados y no hacer nada.

Por otra parte, últimamente ha sonado cada vez con más fuerza y claridad el axioma “la U es su gente”. Y qué bueno que así sea, porque eso permite establecer que el espíritu de nuestro Club no ha muerto. Sólo en el papel nos quitaron todo, porque en la práctica y gracias a los hinchas, el Club sigue vigente. Y gracias a eso es que el sentido social comienza a resurgir y los pilares del club social que soñamos comienzan a erigirse. Para dar cuenta de esto, quiero referirme a tan solo dos de los muchos ejemplos que existen.

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Desde el año pasado, un grupo de hinchas de San Bernardo, con quienes hemos estado colaborando como Asociación, ha estado dándolo todo para que la Escuelita de Fútbol Comunitaria Los Leones de SNBK siga creciendo. Es una escuelita hecha por hinchas, para hinchas. Allí todo se crea desde la más absoluta autogestión. Todo se hace en torno a aportes económicos y al trabajo de los propios hinchas. La cantidad de niños y niñas que se ven beneficiados cada fin de semana es tremenda y cada vez son más. Los chicos y chicas reciben un desayuno y una colación, entrenamiento (por parte de instructores voluntarios plenamente calificados); y más importante: reciben valores, identidad y camaradería. Es un verdadero orgullo que pronto habrá de replicarse en otras comunas de la Región Metropolitana y, por qué no soñar, del país.

Del mismo modo, en Pudahuel, el sábado 15 de abril recién pasado, nació el proyecto Educazul. Como Asociación, crear un proyecto educativo popular y autogestionado era un viejo anhelo. Ahora, gracias a la colaboración de la hinchada en Pudahuel, la organización Una Forma De Vida y la Barra Los de Abajo, Educazul es una hermosa realidad. Es un proyecto orientado a generar lazos, desarrollar valores, identidad y generar arraigo en los más pequeños. Es también una declaración de principios, pues apunta al desarrollo humano y la construcción de manera colectiva y participativa, algo que va a contrapelo de cómo se ha educado en Chile desde siempre, con un modelo más cercano al prusiano que a cualquier otra cosa. Nos olvidamos de la instrucción jerarquizada y buscamos educar en comunidad. Sonará a exageración, pero nunca antes una hinchada había hecho algo así, y en ese sentido es algo revolucionario. Pero más allá de su carácter, lo realmente importante es que, otra vez, es un esfuerzo hecho por hinchas.

De a poco los hinchas de la U han comenzado a entender cuál es el papel que les ha tocado interpretar en esta época, la era del fútbol de mercado. Poco a poco, pero con mucha fuerza, comienza a revivir el sentido social que debe caracterizar a esta hinchada y a nuestro Club. Poco a poco estamos volviendo a ser eso, un Club. Y cuando iniciativas como estas sean cosa común e involucren a toda la hinchada, a través del apoyo del Club como institución, podremos decir al fin que volvimos a ser GRANDES.

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