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De pequeños era muy fácil que nuestros padres nos encontraran haciendo alguna maldad o simplemente bromeando, pero cuando la situación se presenta ya de adultos ¿cómo podemos reaccionar?
Algunos dicen la verdad, otros siguen el consejo de los amigos de “mentir hasta el final” pero aunque el hecho es que ya nos pillaron, debemos mantener la calma y tratar de ser lo más convincentes posibles.
Si le tienes una sorpresa a tu novia, por ejemplo y te sorprende armando “el regalo”, claramente si le dices que es para otra persona se puede molestar, aunque si son de ese tipo de mentiras “piadosas” podrías incluso decirle que es para el amigo secreto del trabajo.
No incentivamos la mentira ni tampoco el hecho de engañar, simplemente advertimos una situación que nos puede pasar a cualquiera. Sobre todo a Rafael, que lo pillaron y se le escapó de las manos, ¡mira!