Por Ignacio Tobar, Frecuencia Cruzada (@Igtobar – @FrecCruzada )
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Si hoy en Católica preguntan cuál es el panorama en el frente local e internacional, lo cierto es que este no es hoy mismo del mismo tono que hace una semana atrás. Luego de los resultados ante San Lorenzo y Universidad de Chile, ciertamente el panorama tendió a regularse en cuanto a prioridades.
Esto no debe ser interpretado en ningún caso como un desmerecimiento a la Copa Libertadores, sino que todo lo contrario: la derrota ante San Lorenzo, más que complicar nuestras opciones, nos presiona a sacar un buen resultado a mitad de semana ante Flamengo. Del contrario, y con una eventual victoria de los argentinos ante Paranaense, no podemos negar que el panorama se complicaría.
Por lo mismo, en tierras brasileñas los dirigidos por Mario Salas tendrán la presión de sacar al menos un empate, el que nos pueda mantener como firmes candidatos a avanzar de cara a la última fecha del grupo. En esta última, la UC recibirá en San Carlos de Apoquindo a Atlético Paranaense, en un partido que se presenta de una forma mas accesible considerando rival, escenario y contexto.
Y en medio de esto, aún cuando la Copa Libertadores sigue siendo prioridad, no podemos negar que las dos buenas victorias de los suplentes ante O'Higgins y mas ante Universidad de Chile, han devuelto al menos una pequeña esperanza en el torneo local. Y es que, mas allá de lo que las posiciones indican frente a otros candidatos, nadie puede negar que hoy estamos a sólo tres puntos del líder Colo Colo a tres fechas del final. Sigue dando para imaginar.
Toda aquella esperanza que pueda ser recreada con respecto a algún tricampeonato no escapan de apuestas, nulidades, o esperanzas, porque no son mas que eso. De campeonar, Católica lo haría milagrosamente con 28 puntos, cifra inferior a las 29 unidades con las que nos alzamos el primer semestre de 2016 o las 31 del segundo semestre. Por lo mismo, mas que quedarnos en posibilidades bajas, debemos sacar lo bueno de la semana, como fue el sólido triunfo ante Universidad de Chile en el clásico universitario, y seguir tratando de ganar todo lo que venga «por si las moscas».
¿Quedan dudas del buen nivel que Católica puede alcanzar? Para mi no y menos frente a Flamengo, que mas allá de lo a favor o en contra que les pueda jugar la localía, es un equipo al que ya derrotamos en San Carlos de Apoquindo. Ganar en Brasil con este hecho no es lejano a la realidad. En cualquier caso, todo dependerá de cuan bien o mal haga las cosas Mario Salas, sobre el cual solamente queda confiar.
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Saquémonos las ganas de ganar afuera que nos quedaron ante San Lorenzo y salgamos por los tres puntos el miércoles. Flamengo no tiene por qué no ser un rival accesible, y mas si consideramos que vienen en medio de un debacle en el torneo local, y con un plantel donde no todas sus figuras han rendido lo esperado. Por parte de Católica, se ha regularizado el buen juego y, a día de hoy, la hinchada tiene puestas sus fichas mas que nunca en Roberto Gutiérrez, quien marca aquellos goles que tanto nos venían faltando estos meses.
Del partido de la UC con Bayern Munich mejor ni hablar. Si derrotamos a Flamengo recién podremos optar a solicitar un partido de tal tamaño. Hasta entonces, sólo pensar en Brasil, pero sin despegar la mirada de lo que pase en la parte alta del torneo local.