El Gráfico Chile

El luchador Rodrigo Lizama y el milagro de volver a correr

El jinete volverá a las pistas de carrera para consolidar su carrera pese a la docena de fracturas que sufrió en una preocupante rodada en el verano. Con la imagen de su madre como inspiración espera superar los problemas de peso y lograr la consagración definitiva.

La tarde en el Hipódromo Chile parecía ser una de las características del verano, con emoción en las llegadas y un ambiente propicio para disfrutar. Tribunas marcadas por la camaradería, los refrescos y un sol que parecía no querer perderse ni una carrera hasta el final de la jornada. Todo felicidad, hasta que una mala maniobra en la pista cambió todo el panorama.

Rodrigo Lizama perdió la inestabilidad en su caballo y se pensó lo peor. La aparatosa caída preocupó a los fanáticos que se informaban por interno de que el jinete partía directamente al Hospital José Joaquín Aguirre, con un diagnóstico complicado que anticipaba las ocho costillas quebradas, la clavícula izquierda fracturada, tres vértebras rotas y la perforación de pulmón, que incrementó la preocupación entre sus familiares que llegaron rápidamente a apoyarlo.

El milagro ocurrió, pero no fue de un día para otro, su recuperación paulatina tuvo mucho de sufrimiento y de reflexión para responder las preguntas claves tras un accidente de esta índole, como relata a El Gráfico Chile: «No fue nada de fácil, sobre todo cuando estás pasando por un buen momento, ganando en los tres hipódromos y de un día para otro quedas en cama con un diagnóstico así… Sin lugar a dudas la familia es el apoyo fundamental para una buena recuperación, mis hijos Diego, Alonso y Emilia fueron mi terapia cada día para volver a correr, sobre todo Alonso que es el que seguirá mis pasos para ser jinete, es su sueño también», comenta convencido de que debía volver para ser un ejemplo para sus niños.

Después de un riguroso tratamiento, a fines de abril, Lizama consiguió la ansiada alta médica y de inmediato, con un tratamiento de kinesiología, se puso en campaña para la vuelta a las pistas. «Una locura», decían algunos… «una obligación» para el jinete que figura entre los más destacados en las estadísticas cada año: «Vuelvo a correr porque es mi pasión y mi trabajo, el sustento de mi familia. Pero lo más importante es que no me veo haciendo otra cosa que no sea correr un caballo de carreras. Volver con miedo a correr nunca porque el día que le tenga miedo a los caballos ahí será el momento de retirarme, un jinete nunca tiene que tener miedo», relata después de un trote que anticipa su ansiada vuelta.

El jinete recibió el cariño de amigos y de su colega Jeremy Laprida en el hospital (Facebook Mario A.Valdés)

El puntarenense apura su regreso con un fuerte trabajo físico para enfrentar su principal problema, el peso: «Espero volver de a poco a retomar el ritmo lo que más me cuesta es volver a tener el mismo peso físico, tengo que bajar unos cinco kilos para poder estar peleando carreras», comenta entusiasmado, además de imaginarse como será su regreso a fin de mes: «Obviamente tomaré precauciones. Cada vez que uno sufre un accidente lo hace, aprende algo de cada caída y sólo espero para lo que queda del año es seguir trabajando cada día para tratar de terminar con éxito el año. Quiero tratar de correr en los tres hipódromo y retomar los triunfos, con trabajo y dedicación llegarán solos»

Lizama sabe que este tipo de accidentes pueden ocurrir -incluso en su debut terminó en el piso- y se prepara para darlo todo para triunfar en lo que queda del año, justo cuando empiezan la época de canchas barrosas, su especialidad. Para eso y ad portas del día de la madre, mira al cielo y pone sus campañas en las manos de su mamá que murió cuando el jinete tenia 11 años, pero que sigue siendo su inspiración. Para no volver a caer y encontrar por fin los triunfos para su consagración, la misión del luchador.

 

 

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