Vincenzo Nibali (Bahrein) ofreció al ciclismo italiano su primera victoria de etapa en este Giro, en una jornada en la que el líder Tom Dumoulin cedió tiempo imprevistamente parando en medio de un descampado por problemas estomacales y el colombiano Nairo Quintana aprovechó para colocarse a solo 31 segundos de la maglia rosa.
PUBLICIDAD
En la etapa reina del Giro del centenario, con 5.400 metros de desnivel y ascensos al Mortirolo, al Stelvio (techo de la presente edición) y al Umbrailpass, antes del descenso a Bormio, el local superó en el esprint a su compañero de escapada, el español Mikel Landa (Sky).
Quintana entró en solitario a 12 de segundos y aprovechó el mal día del líder, el holandés Tom Dumoulin (Sunweb), por un problema intestinal, para recortarle 2 minutos y 10 segundos a la maglia rosa y colocarse ahora a solo 31 segundos del liderato.
«Un día muy positivo, con un gran trabajo de equipo. Sabíamos que podíamos recortar tiempo. El líder ha cedido, por unas razones u otras», declaró el colombiano al canal Rai Sport.
«El ritmo era muy alto y con el kilometraje y el recorrido que traíamos cubierto, los cuerpos estaban muy cansados y a la vez muy igualados», añadió.
Quintana incluso bromeó cuando dijo que hubiese deseado «sacar cinco minutos, pero la realidad es esa, el querer y el poder a veces no son lo mismo».
Tercero en la general está ahora Nibali, a 1:12 del holandés, seguido por el francés Thibaut Pinot (a 2:28) y por el ruso Ilnur Zakarin (a 2:40).
PUBLICIDAD
En los 222 kilómetros entre Rovetta y Bormio se vivió una gran lucha entre los aspirantes al podio en Milán.
Landa, superviviente de la escapada del día, fue la principal víctima de los ataques de Nibali y Quintana a 5,5 km de la cima del Umbrailpass, ya que probablemente se quedó sin la victoria de etapa por esa lucha entre los grandes.
#Giro100 #Giro Como cuando eres líder del Giro de Italia pero vas al monte a dar del cuerpo. pic.twitter.com/R5ngleWlaF
— Yashin Quesada (@yashinquesadacr) May 23, 2017
Dumoulin, con diarrea
Antes del ascenso al último puerto, Dumoulin tuvo que pararse al borde de la carretera durante algo más de un minuto víctima de problemas estomacales (diarrea) y tuvo que hacer la subida en solitario, llegando a la meta a casi dos minutos y medio del ganador.
En la meta, el holandés evitó criticar a sus rivales por haberle atacado aprovechando su indisposición. «No lo sé, es difícil decirlo», contestó al ser preguntado por ello.
En el ciclismo profesional, los corredores a menudo esperan a un rival si este sufre un percance ajeno a la carrera. El domingo, por ejemplo, el propio Dumoulin detuvo la marcha del pelotón cuando Quintana sufrió una caída en un descenso a 36 km de la meta de Bérgamo, un gesto que el colombiano agradeció.
«Es una situación de carrera, íbamos a tope y no esperaba que se detuviesen», añadió el holandés.
Nibali, de 32 años, logró su séptima victoria en el Giro, una carrera que ganó en 2013 y 2016. «Era una etapa muy larga y muy dura. Hacía falta ser un corredor completo para ganar: buen escalador, buen bajador y al final buen velocista», dijo el italiano.
Nibali se felicitó por recortar tiempo en la general, pero advirtió que «Quintana sigue fuerte y Dumoulin se ha defendido muy bien y tiene la ventaja de la contrarreloj del domingo», en la etapa final en Milán.
El miércoles se disputará la 17ª etapa, entre Tirano y Canazei (219 km re recorrido), con otros tres puertos de media montaña antes de llegar a la estación de esquí de los Dolomitas.
Así quedó la clasificación:
Maglia Rosa – TOP 5 #Giro100 https://t.co/KotyBehJvG pic.twitter.com/yiWqDanlYb
— Giro d'Italia (@giroditalia) May 23, 2017