La crisis que se vive en Venezuela se trasladó a los estadios, ya que el partido de ida de la serie entre Aragua y Carabobo por el octogonal final fue suspendido tras los hechos de violencia que protagonizaron en las gradas los fanáticos de ambos clubes.
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«Oficialmente queda suspendido el compromiso Aragua versus Carabobo, y quedará a decisión del Consejo de Honor de la Federación Venezolana de Fútbol (FVF)», anunció el Aragua en su cuenta de Twitter.
De este partido no llegó a disputarse un solo minuto, ya que los enfrentamientos entre fanáticos comenzaron cuando los parciales del Carabobo, que ingresaron primeros al estadio Hermanos Ghersi Páez de Maracay, ocuparon los espacios de la tribuna popular, donde habitualmente se ubican los aficionados del Aragua.
Posteriormente los fanáticos locales se instalaron muy cerca del camerin del Carabobo, y arrojaron botellas de vidrio y piedras a los jugadores visitantes cuando estos volvían de su calentamiento.
«La afición local lanza objetos contundentes a la plantilla carabobeña, no han permitido el ingreso del plantel a los camerinos», escribió el Carabobo en su cuenta de Twitter.
Los organizadores del choque intentaron cambiar a las barras de tribunas, pero algunas personas se desviaron para agredir a sus contrarios. La violencia que comenzó en las gradas se trasladó a las afueras del estadio, donde la policía intervino y arrojó gases lacrimógenos para dispersar a los implicados.
En los actos violentos también fue atacado con piedras el autobús que trasladó al Carabobo hasta la cancha del Aragua. El partido debía comenzar a las 15:00 horas (19:00 GMT), pero dos horas después los enfrentamientos entre fanáticos continuaban y la FVF optó por la suspensión del compromiso.