El Gráfico Chile

El Rey Arturo se robó la noche: Vidal mostró su calidad de ídolo y tuvo gran gesto con los seleccionados de Burkina Faso

El mediocampista se lució en un partido que por la calidad del rival no tenía mayor trascendencia. Sin embargo, el Guerrero demostró que todo se lo toma muy en serio, incluso el hecho de ser una figura mundial.

No era el mejor panorama para que Chile se despidiera de tierras nacionales antes de viajar a la Copa Confederaciones, pero eso a Arturo Vidal poco le importó. Que el rival fuera la selección B de Burkina Faso, que la temperatura en el Nacional estuviera más fría que en otras grandes jornadas, que no jugaran todas las estrellas de la selección o que viniera de una extenuante temporada con Bayern Munich, no fueron ningún impedimento para que brillara en la que terminó siendo su gran noche. Alguien tenía que ponerle condimento al encuentro con los africanos y el Guerrero fue el estandarte de la lucha.

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Desde el momento en que dieron las alineaciones, donde se llevó los aplausos de pie, se sabía que todos los ojos estarían puestos sobre Vidal. Sin la presencia de Alexis Sánchez, el gran ídolo mundial que quedaba en cancha para el alicaído partido era el motor de uno de los mejores equipos del mundo. Esa condición se encargó de demostrarla durante el partido e, incluso, después del pitazo final.

El momento de mostrar toda su calidad tardaría sólo diez minutos en llegar. Luego de un pase de Martín Rodríguez, pateó el balón de primera y lo clavó al segundo palo del arquero Aboucacar Sawadogo. Así, con su gol, Chile se fue al descanso venciendo por la mínima ventaja, en un resultado que preocupaba más que relajaba.

Pero ese preocupante 1 a 0 poco parecía importarle a Arturo Vidal al momento de cumplir con los requerimientos de los seleccionados de Burkina Faso. Tal como un fanático más, lo abordaron cuando terminó el primer tiempo y le pidieron su camiseta. El Rey de Bayern Munich no tuvo problema alguno y le pasó su indumentaria a un afortunado del plantel burkinés. Así, sin su polera, pero con la jineta de capitán pegada al brazo, se fue al camarín saludando al público, en un gesto que hacía presagiar que saldría reemplazado para evitar alguna lesión ante el brusco juego del rival.

Arturo Vidal es un ídolo de clase mundial / imagen: Agencia UNO

La noche del Rey estaba lejos de terminar

Los presagios estaban lejos de la realidad y Vidal, fiel a su estilo, entró al segundo tiempo para seguir luchando cada pelota y cautivando a los hinchas que pagaron su entrada y aguantaron la fría noche en el Estadio Nacional. El mediocampista se toma en serio el fútbol y también la condición de ser un ídolo mundial. Muchos de los fanáticos fueron a Ñuñoa para cautivarse con aquel jugador que fin de semana a fin de semana brilla en Alemania.

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Arturo sabe que es un pilar en la selección y no por nada fue el encargado de marcar el 2 a 0 para Chile ante una débil selección de Burkina Faso. A quince minutos del final recibió un pase de César Pinares, se acomodó en el área chica y se tomó todo el tiempo del mundo para definir y aumentar la ventaja de la Roja.

Su labor estaba cumplida y así lo entendió Juan Antonio Pizzi, quien, muy a pesar del jugador, lo sacó de la cancha para evitar alguna lesión de cara a la Copa Confederaciones. La ovación cuando se retiraba de la cancha fue cerrada y de pie. Todos reconocían el profesionalismo de un Vidal que entregó todo en un partido que parecía no tener mayor importancia.

Pero si alguien pensaba que la noche del mediocampista terminaba ahí estaba muy equivocado. En su calidad de ídolo mundial no sólo lo siguen los hinchas, sino que también sus propios colegas. Apenas el árbitro Diego Abal pitó el final, los jugadores de Burkina Faso fueron donde el jugador del Bayern Munich, aquel que seguramente sólo tenían la oportunidad de conocer por la televisión, y lo bombardearon con selfies y fotografías. Entendiendo su rol a la perfección no dudó y cumplió el sueño de muchos.

Si su idolatría y buena disposición no habían quedado claras, al retirarse de la cancha se sacó la chaqueta del buzo con su sonrisa habitual y la lanzó al público para desatar la ovación final. Luego de una dura lucha y con las muchas postales que aún le quedaban por cumplir en la zona mixta, finalmente vino el descanso del Guerrero.

Arturo fue el Rey de la noche.

Arturo Vidal no tiene la negativa en su vocabulario / imagen: Agencia UNO

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