Australia ganó 3-2 a Arabia Saudita y tomó aire para mantener intactas sus opciones de alcanzar el Mundial de Rusia 2018 de forma directa, sin la necesidad de pasar por una cuarta fase en la zona asiática de clasificación.
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La selección de Ange Postecoglou necesitaba una victoria para no perder de vista a su rival, que hasta este jueves marchaba segundo en la clasificación del grupo B sólo por detrás de Japón.
Para llegar al Mundial, los dos primeros de los dos únicos que quedan en liza sellarán su boleto de forma directa. Los terceros, disputarán entre ellos una incómoda eliminatoria a ida y vuelta para convertirse en la quinta selección de la zona asiática que consigue una plaza para Rusia.
Australia se encontraba contra las cuerdas antes del choque ante Arabia Saudita. Estaba tres puntos por debajo de sus rivales y en el choque de ida empataron 2-2. Tenían que ganar para alcanzar la segunda y deseada plaza y, ya de paso, para llevarse la diferencia de goles particular.
Al final, lo consiguió, pero sufrió mucho para conseguirlo. Tuvo que remontar el tanto de Salem Al Dawsari en el séptimo minuto del choque y fue Tomi Juric quien se encargó de marcar dos tantos antes del final del descanso.
Cuando parecía que los jugadores se iban a marchar al vestuario con un 1-2 en el marcador, apareció el máximo goleador de toda la fase de clasificación para amargar la fiesta a Australia. Mohammad Al Sahlaiw, en el descuento, se encargó de subir el empate y de ampliar sus estadísticas: ya suma 16 tantos desde que inició el camino hacia el Mundial.
En la segunda parte, Australia, con la soga al cuello, intentó llevarse tres puntos importantísimos y lo consiguió gracias al centrocampista del Celtic Glasgow escocés, Tom Rogic, que marcó para colocar a su selección en una situación privilegiada.
A falta de dos jornadas, Australia depende de sí misma. Se jugará su clasificación en una visita clave a Japón el 31 de agosto y culminará su participación en la fase de clasificación frente a Tailandia el 5 de septiembre.