Corría 1963 y se estrenaba la segunda de las películas de James Bond, “Desde Rusia con amor”. Chile era tercero a nivel mundial y se vislumbraba una época de oro para el fútbol criollo, que poco a poco se fue diluyendo para terminar en nada.
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Hubo que esperar más de 50 años para que la Roja estuviera nuevamente en la élite planetaria, por lo que hay que aprovechar el momento y tratar de quedarse con todos los títulos que se presenten en el camino. Quizá cuándo volvamos a estar en estas instancias.
Por eso, si Alemania miró en menos la Confederaciones, tal como hizo Brasil con la Centenario, levantemos la Copa en su cara. Tan máquinas que dicen ser los teutones, pero prefirieron descansar en vez de representar con lo mejor a su bandera.
Por suerte, este grupo de futbolistas nacionales se muere de ganas de jugar por el escudo y varios empiezan a prepararse incluso antes de lo previsto. Y eso que van por su cuarto año sin vacaciones completas y si clasifican al próximo Mundial, serán cinco.
Con Sánchez y Vidal en momentos estelares de sus carreras, es el escenario ideal para demostrarle al planeta, ya no sólo al continente, que este equipo es candidato a todo. No tendremos 11 estrellas, pero sí tres o cuatro que empujan el carro y contagian al resto.
Tal vez como nunca antes en la historia, la selección chilena es favorita en un torneo orbital. Sin embargo, ese cartel importa poco y nada a la hora de entrar a la cancha, si no, que lo digan los argentinos.
¿Se imagina ganarle dos finales a Messi y una a Cristiano, acaso en el futuro consagrados como los dos mejores jugadores de todos los tiempos? Soñar no cuesta nada, especialmente con esta Generación Dorada.
Mientras Boateng, Hummels y Muller reposan tras la extenuante temporada del Bayern, y Ozil hace lo propio después de la agotadora campaña del Arsenal, Alexis y Arturo no pierden oportunidad para ponerse la polera roja. Ya habrá tiempo para descansos.
Desde Rusia con amor, por la camiseta, demuéstrenles a los alemanes y al mundo que no hay nada más lindo que jugar por el país.
Tienen licencia para ganar.