“Big Daddy” cruza la meta en el Hipódromo Chile y se consagra ganando el St. Leger. “Color Rosa” hace lo propio en El Ensayo, llevándose la gloria y los aplausos de los fanáticos en El Club Hípico de Santiago. Desatando los festejos de los fanáticos de la actividad que de seguro tendrán el recuerdo de ambos ejemplares para toda la vida.
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El tiempo pasará, pero los nombres quedan y esto no es pura poesía, porque un “Registro Civil” también existe para los caballos que tanta alegría desatan cruzando el disco final. En la hípica existe un álbum genealógico en el que están registrados todos los caballos purasangres, su fecha de nacimiento y el nombre de los padres, denominado Stud Book.
Esta verdadera institución se encarga de la inscripción de los ejemplares desde su nacimiento, en una misión que comenzó en el año 1883 y que se ha mantenido en el tiempo, pasando de una rudimentaria pintura hecha por un artista que retrataba fielmente a los futuros campeones, a la moderna individualización con un chip que no deja espacio a dudas.
Así se forja un nuevo nacimiento para potrillos y potrancas que reciben el nombre con que serán conocidos enlas carreras. Los criadores tienen la palabra para el bautizo y de aquí surgen motes para el recuerdo, algunos por lo pintoresco, otros por la tradición que caracteriza a una línea de campeones que entrega seguridad en la pista.
Alejandra Sánchez, del Haras Dadinco, cuenta como lo hacen para nombrar a los futuros campeones que salen del criadero: “En nuestro caso, lo hacemos por orden de abecedario. Este año, por ejemplo, toca la letra M, entonces todos los potrillos que van a remate este año, son con esa letra. En general, tratamos de ponerles nombres relacionados con los hermanos o con la madre, pero también nos gustan los nombres entretenidos”, relata justo después del bautizo de un caballo a la moda con el nombre “Maluma”.
La tradición dice que trae suerte mantener la ascendencia presente, así el campeón “Big Daddy” mantiene la impronta de su padre “Grand Daddy”, también lo hacen otros caballos como “Newfound Hope” (en honor a “Newfoundland”). Pero también existen nombres que se ganan el cariño por el ingenio empleado en la denominación.
Algunos son una alusión directa, casi como un recado, que se entrega en cada carrera, como los elogiosos: “Linda Morocha” y “La Más Bonita”; los problemáticos “Amiga Desleal” o “Paloma Infiel” (y su descendiente “Palomo Infiel”), el picaresco “Diego Pillín” o el ninguneador “No Existe”.
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La heredera del Dadinco explica cómo lo hacen los criaderos que en general bautizan por donde viene la cría: “Toda la línea de la “Cristalline” para abajo se llaman parecido: “Christal House”, “Christal Clear” o la tradición de la yegua “Kossanova”, se mantiene con sus hijos “Kit Kat”, “Kurilov” y “Katmai””
Los propietarios y apostadores se rompen la garganta gritando sus nombres casi como una declaración de vida con apelativos que resuenan en el aire. Suenan “Cuando será Lunes”, “Chao Jefe” o los musicales “Ritmo de Cumbia”, “Daddy Yanke”, “Led Rock Zepellin” y “Gondwana”; los cinéfilos sacan a “Leo di Caprio”; mientras que los más futboleros suman una larga lista que tiene futbolistas de la talla de “Platini”, “Filippo Inzaghi”, “Cavani” o el “Samurai Azul”, homenajeando a Johnny Herrera de la Universidad de Chile.
“Tratamos de poner nombres relacionados con la línea. Por ejemplo, “Furia Cruzada”, todos los hermanos se llaman con relación a la Universidad Católica. O la línea que viene de la yegua “Baila” van con nombres como “Rafaela Carrá”, y de sus hijos salió ‘El Cantante’”, recuerda Sánchez emocionada pensando en el campeón que se lució en el Hipódromo.
Los más hípicos también gozan con juegos de palabras por la forma en que se desenvuelven en la actividad con «Multa Tras Multa», «Me Gusta Fijo» o «Siempre en Tabla». Pero lo que queda claro con la experiencia de años en los fanáticos, es que los nombres inmortales se perpetúan de forma inversa: Con los triunfos, nombres como «Wolf», «Feliz De La Vida«, «Il Campione», «Trotamondo» y «Geólogo»consagraron sus apodos para la eternidad.