Lyon, Francia. 26 de junio del 2003. Semifinales de la Copa Confederaciones. Minuto 72. Camerún vence por 1-0 a Colombia y Marc-Vivien Foé se desploma sobre el pasto del Stade de Gerland. Los ojos desorbitados del volante africano impactan al mundo y es Mario Alberto Yepes, defensa cafetero, quien pide desesperadamente la asistencia médica.
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El mediocampista camerunés es reemplazado y el juego continúa, pero se teme lo peor y los futbolistas lo perciben. «Esos 30 minutos que quedaban no se disfrutaron», recuerda el retirado zaguero colombiano, que previamente había protagonizado un choque con Marc cuando los dos saltaron a cabecear una pelota, hecho que no tuvo nada que ver con el desenlace fatal.
«Hubo que tratar de calmar las cosas para seguir jugando, pero se veía que algo no estaba bien», rememora El Mariscal. Los jugadores sospechaban, pero la confirmación sólo les llegó tras el pitazo final.
«Estaban esperando que terminara el partido para darnos la triste noticia. Nos enteramos cuando acabó, pero ya se sentía en el ambiente, en la gente, que ya sabía”, evoca el ex defensor, que, pese al paso de los años, no olvida la muerte que conmocionó al Planeta Fútbol. «Si la memoria no me falla, era la primera vez que sucedía algo así en un torneo profesional. Fue un momento muy difícil», cierra.
Q. E. P. D. Marc-Vivien Foé.