En la temporada 1999-2000, el TSG 1899 Hoffenheim militaba en la quinta división del fútbol alemán. Hoy, el equipo del sur de ese país puede jactarse de ser el cuarto mejor de la Bundesliga, sólo por detrás del todopoderoso Bayern Múnich, el clásico retador Borussia Dortmund y el «nuevo rico» RB Leipzig, avalado por los millones de Red Bull.
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El club, perteneciente a un pueblo de apenas 3.000 habitantes, destaca por tener una de las canteras más prolíficas del balompié teutón y provee a la Alemania «B» que este jueves se medirá ante Chile, por la segunda fecha del Grupo B de la Copa Confederaciones. Con cuatro jugadores, es el elenco que más aportó a esta versión alternativa de la Mannschaft: Niklas Sule, Sebastian Rudy (ambos serán compañeros de Arturo Vidal tras el certamen ruso), Kerem Demirbay y Sandro Wagner.
¿Cuál es el secreto de esta pequeña institución, clasificada a la próxima Champions League por primera vez en su historia, que asoma como clave en el recambio del campeón mundial? Sebastian Wolff, periodista de Kicker que está cubriendo a su selección en la tierra del vodka, explica la fórmula del éxito.
Tecnología aplicada a los jóvenes
La Achtzehn 99 es la academia juvenil del club, la más reputada del país según el ranking que elabora la Federación Alemana de Fútbol, que reparte más o menos dinero dependiendo de la ubicación en el listado con el fin de promover el surgimiento de nuevos jugadores. Este lugar es una verdadera fábrica, ya que se aplica tecnología avanzada.
«Es la filosofía desde los primeros años en el equipo de Ralf Rangnick (ex entrenador y hoy director deportivo del Leipzig): comprar futbolistas jóvenes en el extranjero e invertir mucho dinero en las series menores«, cuenta Wolff.
El gasto en este ítem es alto, con un sistema que incluye chips en los calcetines y sensores en la cancha de entrenamiento, los cuales proveen datos en tiempo real a la tablet del DT, quien toma determinaciones basadas en ellos.
Además, la institución adquirió en cerca de tres millones de euros la Footbonaut, una caja que dispara pelotas con trayectorias y velocidades distintas, las cuales el jugador debe controlar y enviar en el segundo toque hacia uno de los 64 paneles que hay en el interior. ¿El objetivo? La toma de decisiones bajo presión lo más rápido posible.
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«Por eso ahora tienen nombres como Sule o Philipp Ochs. Ellos crecieron en el NLZ (Nachwuchs Leistungs Zentrum, Centro de Jóvenes Talentos) del Hoffenheim«, destaca el periodista. Este último, de 20 años, es uno de los grandes proyectos del balompié alemán.
No sólo los jugadores son precoces
Julian Nagelsmann se retiró de las canchas a los 20 años por sus constantes lesiones. En febrero del 2016, con apenas 28 primaveras, y tras un paso por las categorías inferiores del club, se convirtió en el DT más joven en la historia de la Bundesliga.
«Es muy popular en Alemania. Después de un año y medio de trabajo, muchos expertos dan por hecho que será el próximo entrenador del Bayern Munich», advierte Wolff. “Le gusta atacar, su equipo juega un fútbol bastante agresivo», complementa.
Él fue quien prescindió de Eduardo Vargas, quien este jueves en Kazán enfrentará a cuatro de sus ex compañeros. «Su situación era bien complicada porque estaba Sandro Wagner, quien fue un goleador letal en la pasada temporada», lo exculpa el periodista.
Turboman tendrá la oportunidad de demostrar en Rusia que con la Roja es otro. Claro que al frente tendrá a una Mannschaft que, por más alternativa que sea, presenta un futuro prometedor. En gran parte, gracias al TSG 1899 Hoffenheim.
