Las palabras de Arturo Vidal contra Marcelo Bielsa, quitándole mérito por el gran presente de la Roja, provocaron sorpresa en el mundo futbolístico nacional. Sin embargo, reflejó que la relación entre ambos nunca fue la mejor.
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“Bielsa no tuvo nada que ver. Eso es algo que alguien inventó, lo de que nos cambió. A mí nunca me cambió nada. Para mí no fue el cambio de Chile“, reconoció el Rey en entrevista con el diario alemán Süddeutsche Zeitung, lo que generó una serie de reacciones diversas.
Sin embargo, el dúo Vidal-Bielsa nunca se entendió del todo y tuvieron una serie de desencuentros durante su etapa en la Selección chilena entre 2007 y 2010.
Desde el inicio, Vidal -con 19 años- estuvo convocado por el Loco y siempre estuvo considerado entre los nombres principales de la nueva era del equipo nacional de cara a las Clasificatorias a Sudáfrica 2010.
Lo utilizó de defensa central, volante central o carrilero por la izquierda, pero el entrenador argentino no le podía encontrar la posición adecuada al Rey. De hecho, en varios partidos lo terminó reemplazando ya que el desorden de Vidal contrastaba contra la rigidez táctica del Loco.
Toulón, el quiebre
El primer punto de desencuentro fue en mayo de 2008, cuando se venía el Torneo Esperanzas de Toulón en Francia, Bielsa quería que Vidal fuera el «buque insignia» de ese cuadro joven.
Sin embargo, el por entonces volante del Bayer Leverkusen alemán le dijo que no porque prefería descansar y el argentino lo «cortó». No fue a Toulón ni tampoco lo llamó a los duelos clasificatorios de junio ante Bolivia y Venezuela, es los que el trasandinó renovó el plantel con la base del elenco joven que fue subcampeón en Francia.
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Para peor, Vidal apareció en líos de farándula entremedio de esos partidos y agravó más el hecho. Incluso, dejó entrever que con esos jugadores, la Roja no tenía muchas opciones de ganar esos dos partidos como forastero. Por eso, el capitán Claudio Bravo le dedicó el triunfo a Bolivia a los «jugadores que lo están mirando por televisión desde su casa«, en clara alusión a Celia Punk.
«Es cierto que me llamaron y me preguntaron si quería ir, y yo dije que no. Quería estar con mi familia, que hace tiempo que no los veía, y descansar para estar bien para las Eliminatorias«, dijo en su momento en la radio ADN como excusa.
Chile ganó los dos partidos como visita y se metió en la lucha por el Mundial, por eso el mediocampista tuvo que ceder y ofreció disculpas por lo ocurrido: «Me equivoqué, pedí disculpas a mis compañeros y ellos me recibieron muy bien. Quiero jugar en el puesto que Bielsa lo disponga. Yo tengo toda la disposición de volver».
El retorno de Vidal
El formado en Colo Colo regresó a la Roja para la doble fecha clasificatoria con Brasil y Colombia, siendo titular en ambos duelos, pero no terminaba de entrar en el sistema de Bielsa, quien reconocía su capacidad, pero no le encontraba el puesto.
De hecho, en la derrota 3-0 ante el Scratch lo reemplazó al entretiempo. Y en el partido ante los cafeteros si jugó los 90 minutos y fue clave en la victoria por 4-0 en el Nacional.
Pese a ello, Vidal siguió en ese ir y venir permanente. Ante Ecuador en Quito (0-1) jugó todo el partido y en dos posiciones distintas, sin poder acomodarse. Y por eso, para el histórico 1-0 sobre Argentina, el polifuncional futbolista fue a la banca y solo ingresó al final para hacer tiempo.
Tras eso, volvió a ser postergado: no jugó ante Perú, Uruguay, Paraguay y Bolivia. Algunos por lesión y otros por decisión técnica. Volvió ante Venezuela como defensa, posición que también ocupó ante Brasil, Colombia y Ecuador, en los últimos partidos del proceso a Sudáfrica, pero en varias ocasiones terminó siendo reemplazado. No convencía al Loco.
Y para el Mundial, Vidal fue titular y ocupó dos posiciones: de zaguero izquierdo y lateral izquierdo. Sin embargo, en ningún de los dos se pudo afirmar. A Bielsa, la verdad, jamás lo convenció y la mancha del 2008 quedó marcada.
Es más, el mito indica que Bielsa le llamó la atención de manera muy fuerte en un entrenamiento al jugador, donde le vociferó: «Arturo todo lo que usted hace es un desorden. De nada sirven las piernas a la altura de la cabeza… Si quiere jugar conmigo, debe hacer el trabajo que se le pide, no el que usted cree que hace falta. No hacen falta los héroes en el fútbol«.
Una relación que nunca cuajó y que no se consolidó. A veces hay sociedades que funcionan mejor por separado.