Por Isaac Maldonado – Asamblea Hinchas Azules
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Todos conocen un crack. Hoy conocerán a quien yo considero crack. Marcelo Alfonso Díaz Rojas es su nombre. Desde inferiores muchos lo conocen como el Chelo. Venido desde la comuna de Padre Hurtado a las cadetes azules, llevando consigo una tradición que no muchos hinchas azules conocen: la de recibir jóvenes desde comunas periféricas y llevarlos a la cancha. Un hincha jugando como hincha.
Empezó como volante de salida, con una pegada y visión de juego un tanto extrañas para el medio chileno de principios del 2000, en donde la cachaña en corta distancia y para la galería era lo que se esperaba de un volante como él. Su tiempo era otro, estábamos claros.
Sampaoli le dio una confianza que no le había dado ni Pelusso, ni Markarían, ni Salah: jugar en su posición natural. Se fue Seymour y pensamos que se nos caía el mundo. Llegó Marcelo Díaz y nos presentó un mundo nuevo. Conoció a Aránguiz y todos ganaron en ese nuevo mundo.
A veces la vida es un tanto injusta, nos remueve en lo más profundo de los cimientos. Casi tan fácil como botar un castillo de naipes, nos derrumba lo que pensábamos seguro. Y así fue. El despegue de Marcelo Díaz desde el fondo había sido primeramente resistida por el hincha y el periodismo deportivo, pero como su vida ha sido de lucha esta vez no fue distinto: pasó a ser puntal de una selección que ganó pausa y perdió vértigo. La estadística no miente: Chile con Marcelo Díaz en cancha, suma más del 35% que sin él. Sin embargo, Marcelo nos recordó el domingo que hasta los más importantes, los más silenciosos, los más fundamentales, fallan.
Steven Gerrard se retiraba a finales de temporada con el Liverpool y la temporada era soñada. Comandados por el mediocampista eterno, el amigo que nunca falla, el alma de Anfield, asediaban la punta de la Liga Inglesa con fiereza, rapidez y técnica. El 27 de abril de 2014 la cima del torneo se peleaba en cancha ante el Chelsea. El Liverpool ganaba y jugaba con el corazón. Gerrard era seguido por todas las cámaras en una temporada de ensueño, sin lesiones, callando rumores de retiro. Hasta que se cayó. Bajó a armar una jugada y se resbaló. El delantero del Chelsea no perdonó y el Liverpool no salió campeón. Gerrard declararía semanas más tarde: son los peores tres meses de mi vida.
¿Por qué les cuento la historia de Gerrard? Porque lo banco. Porque muchos lo siguieron bancando aún después de su resbalón. Aún después de su decisión de irse de Anfield a jugar a la liga norteamericana.
Para Marcelo Díaz la cosa no será así. Para el Carepato la vida le trae una nueva oportunidad. El mundial está a la vuelta de la esquina y el motor del equipo no puede fallar ni faltar. Caer está permitido pero pararse es una obligación. Desde aquí todo el apoyo y las gracias a Marcelo Díaz. Un hincha en la cancha que demuestra que, con perseverancia, humildad y trabajo, se puede llegar de Padre Hurtado al tablón, de ahí al equipo de tus amores, de ahí a la selección del país, de ahí a romper con todo lo establecido y mostrarle las armas al campeón del mundo. Todo en un paso.
Ahora Marcelo Díaz queda libre de su equipo y yo lo quiero en la U. Ahora o más tarde. Cuando venga. Marcelo Díaz es un grande y nos ayudaría a levantarle la cara al torneo nacional.
A la U hoy ingresa otro hincha en la cancha: Felipe Seymour. El que todos y todas queríamos de vuelta a vestir la azul. Bienvenido Felipe, esperemos que dejes la vida en la cancha.
En el otro partido duro que se juega en Chile, las elecciones, también salimos perdiendo. El único candidato que presentaba una visión distinta respecto de la criminalización del hincha perdió. Ganaron las propuestas liquidas y poco objetivas. Ganaron los Carabineros en el estadio. Ganaron los planes estadio seguro que no entregan seguridad a nadie más que a la gente que no va al estadio. Curioso ¿no?
La candidata que ganó por la otra coalición sólo le queda aprovechar la oportunidad histórica que tiene en frente suyo. Al menos con el fútbol hay mucho que hacer por delante, sanear financieramente una institución como la ANFP, el eterno debate del CDF, la mayor profesionalización del INAF, la criminalización de los y las hinchas, el Plan Estadio Seguro, el modelo económico del fútbol chileno.
La pasada semana fue de pérdidas. Esperamos que ésta sea de victorias.