Mauricio Pinilla es un ícono para los hinchas de Universidad de Chile. El delantero se formó en el conjunto laico y emergió como uno de los jugadores más talentosos de la cantera azul a principios de la década del 2000, pero tuvo un corto paso por el primer equipo antes de irse al extranjero a mediados del 2003.
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Pero ahora, el ariete regresará a la U para este torneo Transición y quiere hacer olvidar su pésimo primer retorno en 2007, en el cual no pudo responder a las expectativa de la hinchada universitaria.
A punta de goles y buenas actuaciones se ganó a los hinchas. En sus primeras dos temporadas como profesional con el conjunto laico anotó 20 goles en 39 duelos, y pese a no conquistar ningún título con los azules fue transferido al Inter de Milán, asomando como carta segura para la delantera de la Roja en los próximos años con apenas 19 años.
Sin embargo, Pinigol jamás jugó con los lombardos, extravió el camino y deambuló sin éxito por varios clubes del viejo continente (Chievo Verona, Sporting de Lisboa, Celta de Vigo, Racing de Santander y Hearts), hasta regresar al equipo de sus amores en 2007.
En esta vuelta, a préstamo proveniente desde el Hearts escocés, el potente ariete mostró su peor cara, quedando al debe en lo futbolístico y cayendo en reiteradas indisciplinas. En el Torneo de Apertura de aquel año sólo anotó dos goles y participó en apenas cuatro duelos con la camiseta del Romántico Viajero.
Uno de los episodios extrafutbolísticos más recordados del delantero en esa época tiene que ver con una infidelidad junto a María José López, esposa del también jugador Luis Jiménez. En esa ocasión, Pinilla había dicho que sólo vio la película infantil «El Rey León» con la modelo, para luego desmentirlo y aclarar, en una recordada y jocosa conferencia de prensa, que sí había estado con la mujer del Mago, que en ese momento brillaba en el fútbol italiano.
La polémica en ese oscuro año del centrodelantero siguió con su bullado encontrón con un novel Arturo Vidal. El delantero calentó la previa del Superclásico con Colo Colo aludiendo a la poca educación de los jugadores albos y su condición socioeconómica. Ya en la cancha, el atacante fue blanco de todos los insultos del plantel colocolino, entre los que se contaba al hoy crack de la Roja. Con el paso de los años el episodio fue superado y ambos tienen una gran relación en la selección nacional. Vale decir que ese partido terminó sin goles, pero al término del torneo los blancos se coronaron tricampeones.
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Tras esta triste y opaca vuelta, el jugador debió regresar al Hearts y parecía que su carrera seguiría el mismo rumbo errante con pasos fugaces por equipos de cuestionable calidad como el Apollon Limassol de Chipre y el Grosetto de la B italiana. Sin embargo, esta última estación le sirvió como trampolín y lo catapultó a la Serie A tras una gran temporada en el ascenso dónde anotó 24 goles en 25 partidos.
Desde ahí, encontró la ansiada estabilidad y tuvo más que aceptables pasos por equipos del Calcio como el Palermo, Atalanta, Cagliari y Genoa (dos veces). Además, recuperó un lugar en los distintos procesos de la selección chilena, ya que a pesar de no estar en la última Copa Confederaciones, ha logrado entrar en distintas convocatorias desde su debut el 2003. Fue mundialista en Brasil 2014 y bicampeón de Copa América 2015 y 2016.
Esta última regularidad que ha alcanzado el delantero, junto a sus innegables condiciones, son las principales esperanzas que tienen en Universidad de Chile para que el delantero se transforme en su eje de ataque y deje en el olvido a Felipe Mora, goleador del último torneo y que partió al Cruz Azul de México.