El Gráfico Chile

Los secretos de las mellizas que llevaron a Chile a lo más alto en remo

Melita y Antonia Abraham Schussler se complementan a la perfección arriba del doble par, aunque fuera de las competencias viven una vida normal marcada por su amistad y diferencias de gustos e intereses.

Las mellizas lucen sonrisas que no se borran pese al cansancio que dejó una semana cargada de trabajo y que terminó con el título en la regata de 2 mil metros en el doble par del Mundial de Remo en Bulgaria.

Melita y Antonia Abraham caminan por el Centro de Entrenamiento Olímpico radiantes, vistiendo la chaqueta del Team Chile y sólo con el color de los pantalones como forma de diferenciarlas si un transeúnte quiere felicitarlas por el logro conseguido en la categoría sub 23.

El parecido es notorio y su complicidad se puede ver a simple vista. Ambas se complementan tan bien que se han hecho inseparables: «Cuando chicas peleábamos, pero ahora somos súper amigas» dice de entrada Melita, que las hace de «vocera» de la dupla por expresa petición de su hermana.

De todas formas, más allá de la semejanza física, las muchachas que representan el futuro del remo en Chile tienen gustos e intereses completamente diferentes, que quedaron de manifiesto desde su nacimiento el 7 de julio de 1997. Ejemplos para destacar son las carreras universitarias que eligieron y que cursan de forma paralela a los entrenamientos en la Universidad Andrés Bello: Melita se inclinó por la Psicología y Antonia ve su futuro ligado a la carrera de Educación Física.

«No me esperaba el homenaje que nos rindieron, yo tenía cosas que hacer en la Universidad y dejé todo de lado para estar. Estamos muy sorprendidas y felices de que se reconozca lo que hicimos», dice Antonia que pese, a ser responsable, prefiere ver series a tomar libros para estudiar.

Así lo cuenta su hermana que es todo lo contrario, ratón de biblioteca, y que todos los días trata de incentivarla para que lea, regalándole un ejemplar de la novela romántica «Lo que fue de ella», de Gayle Forman, para estimular la lectura de su melliza en los momentos de descanso.

Melita es más seria, amante de la música y con la veta humanista abierta para buscarle un sentido a las cosas diarias, mientras Antonia es la espontánea, gusta de gozar la vida y disfrutar relajadamente al aire libre.

Las chicas doradas del deporte nacional si tienen algo en común, su pasión por el remo, que desarrollaron desde los 10 años y que ahora aplican diariamente en sus entrenamintos en Curauma: «Mi mamá era lanzadora de disco por eso nos inculco el deporte. Aunque nos trató de meter en el atletismo a nosotras no nos gustaba, así que probamos con el básquetbol que nos apasionó, haciéndolo en paralelo con el remo que finalmente nos conquistó y decidimos vivirlo a fondo», cuentan al unísono las mellizas de oro chilenas que buscarán seguir trabajando en conjunto para algún día transformar sus ganas en medallas olímpicas.

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