José Miguel Sanhueza (@albohemio)
Colo Colo de Todos (@colocolodetodos)
PUBLICIDAD
La contundente goleada frente a la UC, además depositar una nueva Copa en nuestras vitrinas, abría razones para abrigar aunque fuese una pequeña esperanza de un antes y un después en lo futbolístico. Y la primera prueba de fuego estaría este domingo en el comienzo de un Torneo de Transición donde el título se ha vuelto más obligatorio que nunca. Así lo entendimos la mayoría de los cerca de 25 mil que desafiamos el frío para acompañar a nuestro Colo Colo querido.
Pero la ilusión se fue transformando en decepción. Se vio un equipo desconectado, impreciso, con poca elaboración y capacidad de hilvanar acciones concretas de gol, incapaz de enfrentar una situación que de seguro veremos mucho este semestre: un rival ordenado y que proponga un partido trabado y muy físico en el mediocampo. Una receta tan simple para ser hoy suficiente para neutralizar y descontrolar a este Colo Colo, pues no terminan de aparecer las respuestas tácticas ni colectivas que permitirían resolver partidos donde Paredes, Valdivia o Valdés no estén particularmente inspirados.
Con todo, nadie en su sano juicio podría cuestionar lo que representa tener a Esteban Paredes, Jaime Valdés y Jorge Valdivia juntos en la cancha vistiendo nuestra camiseta. Nadie… o casi nadie.
Ayer el directorio de Blanco y Negro ratificó por estrechísimo margen los últimos detalles del contrato de Jorge Valdivia y también la renovación del ídolo Esteban Paredes. También ratificó los precios de las entradas y los beneficios para los socios, demanda histórica de las agrupaciones de socios e hinchas organizados desde hace ya más de una década. Todo lo anterior, a pesar de la tenaz oposición de Leonidas Vial y compañía. Incluido Jaime Pizarro.
Párrafo aparte para Pizarro. Qué pena más grande verlo dentro de ese “y compañía”. Algunos dirán que no sorprende, y sin duda tendrán razón. Pero da pena. Da pena ver al “Kaiser” Campeón de América convertido una y otra vez en un “yesman” del poderoso de turno. Ver a quien fuera un líder como jugador y el director técnico del recordado Campeón en la Quiebra, dando la espalda de esa manera al pueblo colocolino, votando a favor de subir el precio de las entradas, de negarle beneficios a los socios y de no renovar el vínculo del tercer goleador de Colo Colo en toda su historia.
Leonidas Vial y sus secuaces viven en una dimensión totalmente ajena al pueblo colocolino. Ese mismo pueblo al que le robó su jubilación en el “Caso Cascadas”. Dentro de una sociedad anónima de por sí antidemocrática, excluyente e ilegítima, desde su inexplicable y misteriosa presencia Vial ha sido siempre impulsor y cabecilla de varias de las mayores atrocidades de la concesionaria en el pasado reciente. Su visión de Colo Colo ya la ha demostrado en otros momentos, como el 2012 con su poder en las sombras y el 2013 con Arturo Salah como su representante visible: un Colo Colo con los socios humillados y sin beneficios, con las entradas por las nubes, y sin Esteban Paredes en la cancha.
Son días difíciles y agitados, y a todos nos urge encontrar respuestas. Por cierto a Guede y los jugadores, para encontrar el desarrollo colectivo necesario para sortear dos desafíos futbolísticos bravos como la vuelta frente a La Serena y la siempre hostil visita a Rancagua. Pero también a los socios e hinchas, para no sólo conformarnos con defender nuestras aún pocas victorias del inescrupuloso de turno, sino pasar a una nueva etapa, donde profundicemos las conquistas, y sentemos las bases materiales de un camino real de recuperación de nuestro Club. Ojalá pronto también Jaime Pizarro encuentre también esas respuestas, recuerde lo que representa su nombre en la historia del Club, y se ponga del lado de los socios y no de quienes trabajan por un Colo Colo elitista y excluyente, totalmente ajeno al Club que fundaron los rebeldes del ’25.