«El paro va». Las palabras de Carlos Ramos, presidente del Sifup, eran claras: el fútbol chileno paralizaba sus actividades para la sexta fecha del Clausura de 1997. Con la intención de mejorar las condiciones laborales de los futbolistas y ante la nula respuesta de la ANFP, el Sindicato que los agrupaba llamó a movilización y el apoyo fue transversal.
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Los jugadores, en un hecho inédito para la época, se plegaban para no jugar la fecha programada para el 13 y 14 de septiembre. Pese a la amenaza que le hizo la ANFP a los clubes, exponiéndolos a multas en caso de no presentarse a jugar, los futbolistas siguieron firmes en su postura y decidieron que el balón no rodaría en las canchas nacionales.
Una decisión que obligó a los equipos a presentarse con juveniles para la sexta fecha, que tenía como plato principal el primer clásico en San Carlos de Apoquindo entre Universidad Católica y Colo Colo. Una determinación que no cayó nada de bien en los jugadores adultos y tampoco en algunos dirigentes, quienes cuestionaban la presión que se le traspasaba a los cadetes de hacerse cargo de un problema que no era de ellos.
«Es una posición institucional: respaldaremos a los jugadores. No usaremos a los niños para solucionar los problemas de los grandes, es una falta a la ética increíble. En lugar de sentarse a una mesa a conversar los puntos coincidentes y en desacuerdo, se quiere sentar el precedente de que los juveniles traicionen a sus compañeros«, señalaba en aquel entonces René Orozco, presidente de Universidad de Chile, sobre la decisión del club de no presentarse a jugar ni siquiera con juveniles. Una determinación a la que tuvo que echar pie atrás.
Así, hace 20 años, una total adhesión a la paralización, a excepción de Puerto Montt, dirigido por Jorge Garcés, que presentó a sus titulares, obligó a jugar toda una fecha con juveniles. En el lado medio lleno del vaso, esa fue la oportunidad para que los cadetes se mostraran y dieran sus primeros pasos en una exitosa carrera profesional. Una carrera que después se vio beneficiada por los acuerdos que se logró por el paro del Sifup.
Jugadores como Cristián Álvarez o Milovan Mirosevic, por el lado de Universidad Católica, y Luis Mena, Nicolás Córdova, y Pablo Contreras, por Colo Colo, salieron a jugar un mermado clásico en San Carlos de Apoquindo. Pero no fueron los únicos. Muchos juveniles dieron sus primeros pasos en aquella recordada fecha del 13 y 14 de septiembre.
Los 20 juveniles que destacaron a veinte años del paro del Sifup
*Entre paréntesis se consigna el club donde jugaron en la anecdótica fecha de 1997
- Ignacio Quinteros (Colo Colo)
- Cristian Reynero (Huachipato)
- Ángel Carreño (Palestino)
- Gamadiel García (Universidad de Chile)
- Marco Olea (Universidad de Chile)
- Francisco Arrué (Colo Colo)
- Rodrigo Meléndez (Cobreloa)
- Mauricio Salazar (La Serena)
- José Luis Jerez (Unión Española)
- Cristián Álvarez (Universidad Católica)
- Roberto Ávalos (Palestino)
- Mario Salgado (Huachipato)
- Milovan Mirosevic (Universidad Católica)
- Nicolás Córdova (Colo Colo)
- Marcos González (Universidad de Chile)
- Jorge Acuña (Universidad Católica)
- Pablo Contreras (Colo Colo)
- Jorge Ormeño (Santiago Wanderers)
- David Pizarro (Santiago Wanderers)
- Nicolás Peric (Rangers)
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