El Gráfico Chile

Un desconectado Erick Pulgar no pudo tapar el vacío del lesionado Charles Aránguiz

El Príncipe hizo de todo para estar ante Brasil, pero sólo aguantó un tiempo. Su reemplazante no estuvo a la altura y no se conectó en todo el partido.

Por Gonzalo Pérez Amar, enviado especial a Sao Paulo, Brasil

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Charles Aránguiz estuvo una semana recuperándose para estar en el partido ante Brasil. El Príncipe sabía la importancia que tenía el duelo ante el Scratch, eran 90 minutos que podían dejarlos dentro o fuera del Mundial de Rusia 2018.

Pese a estar lesionado, el mediocampista hizo un trabajo que a él mismo le sorprendió y entró como titular al Allianz Parque. Los dolores pasaron a un segundo plano al momento de defender a la Roja en Sao Paulo. La idea era ayudar a que Chile pasara al Mundial y así no se acabara el ciclo de la Generación Dorada.

El Príncipe cumplió en el mediocampo y fue pieza clave para mantener durante todo el primer tiempo el empate sin goles que estaba clasificando a Chile al Mundial. Corriendo y presionando dentro de sus posibilidades, el jugador del Bayer Leverkusen fue el motor de un golpeado mediocampo chileno, que no pudo contar con el lesionado Francisco Silva y el suspendido Arturo Vidal.

Pero su cuerpo no dio más y tuvo que salir en el entretiempo. Su lugar lo tomó Erick Pulgar. Pese a que Juan Antonio Pizzi siempre tuvo como primera opción de reemplazo a Felipe Gutiérrez, en el momento clave optó por el hombre del Bologna y no acertó.

El joven mediocampista entró con una importante presión a jugar a Sao Paulo y no supo manejarla. Encontrándose con un resultado adverso, Pulgar se vio nervioso, sin ideas para ayudar a sus compañeros, a destiempo para marcar e, incluso, por momentos deseando que la pelota no pasara por sus pies.

Es que llenar el vacío dejado por un jugador que hizo todo para estar ante Brasil, un jugador de la talla de Aránguiz, tampoco era fácil. Tampoco lo era la presión que tenía que manejar para mantener un empate sin goles que era el que le daba la clasificación a Chile para Rusia 2018.

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Así, casi sin minutos en el proceso clasificatorio, salió a jugar en Sao Paulo contra una poderosa e invicta selección brasileña de Tite con la obligación de ser el corte de Chile. Una escuadra que no quería dejar espacios para la duda por un posible arreglo. Y se lo hicieron saber a Pulgar.

Toques rápidos, velocidad y amagues, dejaron sin mucho que hacer al ex Universidad Católica, que no se pudo conectar en el partido y terminó corriendo para intentar dar caza a los locales. La tremenda responsabilidad que le entregó Pizzi no pudo cumplirla. A fin de cuentas, cuando estuvo en cancha lamentó tres goles.

Macanudo nuevamente pareció errar en su decisión y le entregó una mochila más que pesada a un jugador que no había sido nunca su primera opción. Fallos que el técnico terminó pagando caro. El problema es que no sólo los pagó él.

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