Por Álvaro Bley – @alvarobley
Colectivo Alta La Frente UC – Twitter – Facebook
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¿Qué ganamos ganando el clásico? ¿Cuál es el premio que obtiene la Católica como institución —ya sean sus hinchas, jugadores y/o dirigentes—, al ganarle a la U? ¿Por qué es más importante este partido que los otros que nos quedan, como contra O’Higgins, Palestino o Antofagasta?
¿Es posible responder esta pregunta sin caer en la tautología de que el clásico es importante porque es un clásico? ¿Podemos pensar, por ejemplo, en la necesidad que genera ganar este partido para seguir teniendo la esperanza de que el fútbol es más que buenas intenciones, y que se pueden ganar los partidos no solo por la correcta lectura que se hace del rival ni por mejores cualidades futbolísticas, sino por una superioridad jerárquica, en donde la camiseta y el escudo son más trascendentes que cualquier otro atributo técnico-táctico? ¿Será esa explicación mágica la que quiere responder nuestro corazoncito ansioso al despertarse esta semana sabiendo que hay clásico el domingo? ¿O por el contrario, solo queremos saciar nuestras ansias de seres dominantes, que nos gusta saber que nuestro rival y sus hinchas están atrapados ante nuestras destrezas y que sin importar los rendimientos deportivos que han precedido este clásico, somos mejores? ¿Que siempre somos mejores y que siempre los venceremos sin importar qué?
¿Será además, o en vez, por la trascendencia que puede generar para las futuras generaciones los partidos como este? ¿Que son este tipo de partidos los que forjan la relación infantil que tienen tanto los niños hinchas de Católica como los juveniles de la UC con el equipo? ¿Será que nosotros sabemos que un triunfo relacionará positivamente a estos nuevos integrantes, que los hará, a unos, más hinchas y otros, jugadores más identificados con el club, lo que llevará a que viajen y lo den todo por la institución? ¿Acaso nuestro inconsciente maneja esa información y sin darnos cuenta, nos hace querer que ganemos sí o sí, porque después a la salida del estadio vemos esos niños felices flameando las banderas que le compraron a la tía y a juveniles saltando al lado de la reja junto a la barra?
¿Queremos que nuestro equipo sea el mejor y qué mejor manera de demostrarlo que ganándole a los equipos que han tenido un mejor rendimiento histórico como la U y el Colo?
¿O será porque queremos ser los mejores? ¿Queremos que nuestro equipo sea el mejor y qué mejor manera de demostrarlo que ganándole a los equipos que han tenido un mejor rendimiento histórico como la U y el Colo? ¿O simplemente nos gusta ser los cabrones en nuestros círculos sociales y queremos llegar el lunes escuchando Ya me Acostumbré y refregándole en la cara a los hinchas de la U que de nuevo les ganamos y que ya ni me acuerdo cuándo fue la última vez que perdimos contra ellos, porque tengo buena memoria pero nunca para tanto?
¿Por qué me puedo dar la posibilidad de pensar en ganar? ¿Es porque acaso habrá otra opción de enfrentar este partido si no es desde el optimismo de creer que lo podemos ganar, porque algunos de estos jugadores y el cuerpo técnico han sabido dar cara en momentos difíciles, como el 3-0 en el Nacional hace un poco más de un año, cuando veníamos de 4 partidos seguidos sin ganar, o en el 3-1 en San Carlos, cuando la U venía peleando y nosotros rearmándonos? ¿O solo vamos a sufrir asumiendo que todos los propósitos de triunfos preguntados anteriormente quedarán en nada porque somos malos y solo vamos a vivir recordándonos nuestra mediocridad? ¿Será obvio el camino que hay que elegir o tendré que hacerlo explícito en una frase terminada ésta, la última pregunta?