Los más avezados e históricos del fútbol chileno dicen que antes de David Pizarro no existía la fantasía en las canchas locales. La irrupción del joven formado en Santiago Wanderers le dio un salto de calidad importante a la Primera División desde 1996, y que hoy (21 años después), sigue entregando en cada partido que le toca jugar.
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Debido a que el volante de 37 años decidió terminar su carrera profesional en Universidad de Chile y no en el cuadro de Valparaíso, ahora son los hinchas azules quienes han podido disfrutar de las bondades técnicas del Fantasista, quien el pasado domingo fue el salvador de la U, luego de anotar el gol del triunfo laico ante los cruzados en el Clásico Universitario.
A pesar de que su ingreso desde el primer tiempo no estaba contemplado en un comienzo, el técnico Guillermo Hoyos decidió dar un golpe de timón y utilizarlo como el «factor sorpresa» que necesitaba la U ante la UC. Una jugada estratégica que explicó el preparador físico de los azules, Sebastián Fabres, a El Gráfico Chile, avalando el trabajo que diariamente hace Pek para el equipo.
«Sabiendo que entre comillas tiene una edad avanzada, David siempre trabaja y colabora en todos los entrenamientos, y siempre está de principio y fin. Uno a veces intenta cuidarlo, pero hizo mucho mérito para estar desde el arranque y así sorprender en el inicio al rival», dijo Fabres
«Fue una decisión de Guillermo y salió todo bien gracias a Dios. Él está a disposición para jugar los minutos que sean necesarios y no es obligación que juegue sólo los segundos tiempos, también puede hacerlo desde el arranque», añadió el PF de los laicos.
Además de Fabres, desde el cuerpo técnico de la U indican que Pizarro tenía que cumplir la «función de hacer al equipo lo más ofensivo posible desde el principio, pensando en que si la UC hacía el gol, podría pasar que atrasara sus líneas. Esto en base a los últimos partidos que vimos de ellos contra nosotros, y también de las últimas fechas».
Pizarro poco a poco sigue sumando bonos como nuevo ídolo azul, se ganó un aplauso de pie por los cerca de 44 mil fanáticos de la U en Ñuñoa y ya suma tres goles en el ilusionado camino de los laicos rumbo al título del Transición.