El amistoso que jugó Chile ante España en 2013, es un partido que Santi Cazorla no olvidará nunca más en su vida. En dicho duelo, el jugador se retiró de la cancha lesionado por un golpe en su tobillo, el cual le provocó una fisura en el hueso que desencadenó en ocho operaciones y una gangrena que le quitó ocho centímetros del tendón.
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Tres años después de este encuentro ante la Roja, su tobillo derecho sigue generando problemas. «Por entonces seguía jugando, me decían que estaba bien. El problema es que no cicatrizaba y las heridas volvían a abrirse, se infectaban… Mira, en esta foto se me ve hasta el tendón», comentó el jugador en una entrevista al diario Marca.
#LaPortada El calvario de Cazorla pic.twitter.com/gt3QVOdZf7
— MARCA (@marca) November 2, 2017
Teniendo en cuenta lo complicada de la situación, el jugador del Arsenal buscó una segunda opinión médica y llegó a las manos el doctor Mikel Sánchez, quien volvió a meterlo al quirófano. «Vio que tenía una infección tremenda, que me había dañado parte del hueso calcáneo y comido el tendón de Aquiles, ¡me faltaban 8 centímetros!«, recordó Cazorla quien tuvo que utilizar injertos de su propio cuerpo, específicamente del antebrazo izquierdo, donde tenía el tatuaje con el nombre de su hija, para así sanar la infección de su tobillo.
El pasado 29 de mayo fue una última intervención de Santi Cazorla. Desde ese minuto, y teniendo en cuenta que tiene contrato hasta junio del 2018, el volante español trabaja duro para así regresar algún día a las canchas.