Una de las grandes preocupaciones que tuvo durante la semana el entrenador de Colo Colo Pablo Guede, era dar con el reemplazante idóneo del delantero Esteban Paredes, quien fue castigado con dos fechas por el Tribunal de Disciplina de la ANFP, tras ser expulsado ante Deportes Temuco por insultar al árbitro César Deischler.
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El DT comenzó la semana de entrenamientos con el uruguayo Octavio Rivero, quien poco a poco volvió a reencantarlo en las prácticas, y por eso se decidió por el uruguayo para reemplazar al Tanque en el trascendental duelo ante Unión Española.
Y el ariete charrúa no defraudó, ya que fue una de las grandes figuras del Cacique e hizo olvidar por completo (al menos en el partido contra los hispanos) al capitán del equipo.
Desde el primer minuto ante los hispanos, se vio a un Rivero comprometido con el juego del equipo y ayudando en la marca. En su hábitat, el área, simplemente no perdonó y a la primera que tuvo, convirtió. Tras un preciso pase de Jaime Valdés, el delantero controló de pecho y con un remate de zurda abrió el marcador (su segundo en este irregular semestre). La conquista la festejó con euforia, ya que sentía que comenzaba a deja atrás el complicado mes que había vivido donde estuvo tres partidos sin ser citado luego de un frustrado traspaso al extranjero.
Durante los 87 minutos que estuvo en cancha, ya que fue reemplazado por Michael Ríos, corrió y cubrió los espacios de algún compañero cuando se iba en posición
ofensiva (especialmente el de Óscar Opazo). Eso quedó demostrado con su garra y velocidad, cuando gestó el cuarto gol del Cacique que marcó Iván Morales.
Tras aguantar el balón en la mitad de la cancha condujo por el sector derecho y centró para dejar sólo al juvenil, que definió a arco vacío. La conquista del canterano la celebró como si fuera propia y Morales le dedicó el tanto.
Cuando fue reemplazado por Ríos, los 40 mil espectadores que llegaron al estadio Monumental se pusieron de pie y despidieron a Rivero con una cerrada ovación. El uruguayo recibió las felicitaciones de Guede, quien le tendió la mano y lo felicitó por su juego, para luego sentarse en la banca junto a sus compañeros.
Así Rivero comienza a dejar atrás el “calvario” que vivió hace un mes y desde que recuperó la confianza del técnico (duelo ante Audax Italiano donde anotó y dio una asistencia) está demostrando que merece ser titular.