Opinión

Columna de Colo Colo: Este es el camino

“En medio de este ambiente volátil, la mesura y la concentración son las mejores aliadas. Son las que permiten entender que, pese a todo, el campeonato está completamente abierto y depende de nosotros mismos”, dicen desde Colo Colo de Todos.

José Miguel Sanhueza (@albohemio)
Colo-Colo de Todos (@colocolodetodos)

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La derrota frente a Temuco trajo consigo el regreso de la crispación en el mundo colocolino, marcada por la avalancha de pronósticos sombríos sobre el futuro del Cacique en el campeonato. «Colo Colo vive lo peor que ha vivido en mucho tiempo y no creo que le gane a la Unión», aventuraba, incluso, un ex jugador, ex representante y actual comentarista radial. Pero más allá de estos tremendismos que buscan crisis catastróficas cada vez que se pierde un partido, no se puede desconocer que había razones para preocuparse.

No era sólo la derrota en sí, ni la pérdida circunstancial de la punta del torneo. Tampoco eran solamente las muy gravitantes bajas que tendríamos –Zaldivia, Meza y Esteban Efraín- para un partido crucial contra el puntero y rival directo en la lucha por el campeonato. Lo más preocupante era el nivel de secuestro mental del equipo, sobrepasando con creces los márgenes de la reacción en caliente post-partido, siendo tema incluso hasta el día jueves a tres días de un encuentro crucial contra Unión Española. Los temores de que este secuestro mental y la sensación de persecución terminara firmando nuestra sentencia de muerte se anclaban legítimamente en lo que ha sido el pasado más reciente de Colo Colo.

Felizmente, al menos en lo que respecta al pasado domingo, aquellos temores fueron rápidamente disipados. Nuevamente el hermoso marco de público invitaba a soñar con una buena jornada, demostrando una vez más que precios populares y descuentos a los socios son una combinación ganadora que permite a nuestro Cacique hacer sentir la localía como corresponde. Así lo sintió sin duda alguna Colo Colo en el terreno de juego, y –valga decirlo- se notó muchísimo que así también lo sintió Unión Española.

Octavio Rivero festejó imagen: Photosport

El contundente 5-2 acabaría siendo fiel reflejo de un equipo que entendió mucho mejor que su rival el partido que se estaba jugando, en lo mental, lo táctico, lo colectivo y las respuestas individuales. De manera similar al partido con Audax Italiano, Colo Colo lograría imponer sus términos desde el primer minuto presionando intensamente en el mediocampo, forzando constantemente el error de Unión y aprovechando con transiciones rápidas y precisas los espacios que dejaba el conjunto hispano al quedar mal parado. Todos los goles «de jugada» del Popular en el partido tuvieron ese denominador común.

Párrafo aparte para las respuestas individuales, especialmente destacables considerando las importantísimas bajas antes reseñadas. Campos y Baeza –más allá del accidente del autogol- no desentonaron para nada, Jorge Araya permitió cubrir adecuadamente el mediocampo sin perder solvencia, y adelante Rivero y Morales estuvieron totalmente a la altura de las circunstancias y además vieron recompensado su trabajo inflando la red. Se sumarían además a un Orión y Barroso sólidos como ha sido la constante, el trajín y recorrido de Suazo y Opazo, el aporte a lo colectivo y sacrificio que puso Valdivia en la cancha y la precisión de Valdés reflejada con inigualable claridad en ese pase con lienza que marcó el 1-0. Bien también por los buenos minutos que tuvo Ricky Álvarez en cancha, y los regresos de Nicolás Orellana y Michael Ríos, ambos debidamente valorados con el aplauso de la hinchada.

Si la semana pasada la conversación nos daba por muertos, ahora abundan los cantos de sirena en sentido contrario. «Ninguna posibilidad de no salir campeones” dicen algunos. A veces incluso hasta los mismos personajes que auguraban la muerte la semana pasada. Nada que hacer, es parte de ser Colo Colo, lidiar con esta constante exageración –en un sentido o en otro- que rodea siempre la conversación en torno a su devenir.

Pero no es sólo en torno a Colo Colo que el juicio mediático y masivo cambia de un momento a otro. El campeonato está particularmente volátil como no lo estaba hace mucho tiempo. La Unión parecía muerta post Palestino y se metió con dos victorias. Everton que parecía desinflarse se ha metido también ganando un par de partidos. La U que en algún momento también pareció perder terreno lo ha recuperado con unos niveles de suerte impresionantes y aprovechando de pasadita de romper el instrumento de trabajo de un profesional entre medio. “Un equipo histérico por culpa de su DT”, hubiera titulado de seguro la prensa si es que el autor de tamaña ordinariez hubiese sido Esteban Paredes en vez de Mauricio Pinilla.

En medio de este ambiente volátil, la mesura y la concentración son las mejores aliadas. Son las que permiten entender que, pese a todo, el campeonato está completamente abierto y depende de nosotros mismos. No es sencillo lo que viene en las tres finales que quedan, siendo sólo una de ellas en casa y siendo la siguiente en Viña frente a un Everton que pisa fuerte en la pelea por el título. El receso de dos semanas -¡dos semanas!- sin ver a Colo-Colo para nosotros será una eternidad, pero para el equipo ojalá sirva para trabajar con tranquilidad pensando en lo que viene, y asimilar muy bien lo mostrado el pasado domingo frente a Unión Española. Ahí está el camino a consolidar si queremos salir campeones.

 

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