Ezequiel Luna tuvo que partir el 2016 de Santiago Wanderers por los problemas económicos que vivía el club. Pero el defensor se fue con la promesa de volver y pudo cumplir su palabra a principio de año, cuando retornó al puerto de Valparaíso para el ser capitán y pilar del equipo.
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El retorno del defensor argentino no pudo ser mejor y en un complicado año, donde están peleando por no descender, gritó campeón de la Copa Chile tras la victoria de los caturros por 3 a 1 a Universidad de Chile en la final. Por eso, una vez que el árbitro Eduardo Gamboa hizo sonar el pitazo final, Luna no pudo evitar la emoción y rompió en llanto. Una emoción que quedó reflejada en sus palabras tras ganar el título.
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«Me toca vivir esto que es maravilloso, creo que cualquier jugador quisiera estar hoy en este lugar. Hicimos todo lo que pudimos para merecer esta alegría, porque sé que en Valparaíso la gente no la pasa bien, es gente muy sufrida, de mucho trabajo, representar al pueblo wanderino es un privilegio. Empezamos de menos a más, con mucho trabajo, mucha humildad, las cosas cuestan porque hemos sido muy criticados», dijo el capitán de Santiago Wanderers.
«Estoy contento de poder estar acá, hace cinco años llegué por cuatro meses y nunca pensé que jugaría tantos partidos con esta camiseta, que llegaría a ganar algo importante como es la Copa Chile. Es muy emocionante, estoy agradecido a toda la gente y desde que regresé me hicieron sentir como si fuera uno más de la casa», concluyó un emocionado Ezequiel Luna.