Por Diego Espinoza Chacoff – enviado especial de El Gráfico Chile a Concepción
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Durante la previa de la final de Copa Chile se especulaba que la cantidad de hinchas de Universidad de Chile sería mayor a la de Santiago Wanderers. Debido a la rápida compra de entradas que realizaron los fanáticos de la U a través de internet, la polémica se generó en Valparaíso debido a que las reglas ANFP permitían que el estadio tuviera un 50% de forofos de cada equipo, cosa que no se estaba cumpliendo.
A pesar de que los azules fueron mayoría el pasado sábado en Concepción, esa superioridad numérica no se notó, principalmente debido a la energía y exaltación que presentaron los esperanzados hinchas caturros desde su llegada al estadio Ester Roa, hasta su desahogante grito de campeón tras 16 años con ese aliento contenido.
Pero los wanderinos no sólo resaltaron durante el compromiso ante los azules, sino que llamaron la atención de todos los espectadores que estaban en el recinto de Collao desde el principio. Con una caravana de buses que llegó pasado al mediodía desde Valparaíso, los caturros impusieron sus términos desde antes de que se comenzara a jugar la final copera. Arriba de las micros porteñas y lanzando bengalas, los hinchas explicaban que iban a ser factor en el partido contra la U, y que una oportunidad así no iban a desaprovecharla.
Esa misión dentro del estadio no cambió y, tal como si fuera disputa de hinchadas colegiales, los Panzers se midieron con Los de Abajo en una pelea de cánticos que demostraba cuáles eran los reales intereses deportivos que se jugaba cada uno de los equipos en cancha. Pese a que los goles de Enzo Gutiérrez y Jean Paul Pineda ayudaron, la algarabía de los hinchas de Wanderers no decayó nunca y duró por varias horas.
Al final de la jornada, la emoción se apoderó hasta de los hinchas de la U que compartían localidades con los wanderinos, luego de ver los abrazos entre las familias porteñas quienes, enajenados por la opción de celebrar una nueva estrella, derrocharon un mar de lágrimas que inexplicablemente salían de sus mejillas sin control.
En momentos en que al equipo de Nicolás Córdova más le lloraba una victoria, los hinchas y sus jugadores sacaron una tarea titánica como fue bajar al vigente campeón del fútbol chileno, y ahora deberán enfocarse en las últimas “tres finales”, como ellos mismos definen los últimos tres duelos del Transición, y donde tratarán de salvarse del descenso.
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