El Gráfico Chile

Corinthians calló bocas para conseguir el título del Brasileirao

En el principio de la temporada, nadie confiaba en un Timao campeón. Sin embargo, a falta de tres fechas para el final de la liga brasileña, los paulistas levantaron su séptima corona en Brasil.

Con un técnico desconocido, inversiones modestas y fuera de la Libertadores, pocos apostaban este año por un Corinthians que llegaba sacudido por los fracasos. Pero este nuevo Timao de las segundas oportunidades nació obstinado y consiguió este miércoles el título del Brasileirao con tres fechas de antelación y la emoción desbordada.

Después de liderar el torneo desde la quinta jornada, el equipo de Sao Paulo necesitaba vencer en casa ante el Fluminense para ser campeón de la liga brasileña y acabó firmando una vibrante remontada mecido por la pasión de los más de 45.000 hinchas que llenaron el Arena Corinthians para celebrar el 3 a 1 que les permitió conseguir un nuevo título.

Alcanzados los 71 puntos, diez más que su escolta el Gremio, ya nadie puede arrebatarle al Corinthians su séptimo trofeo del Brasileirao, que los deja sólo por detrás de los 9 del Palmeiras y los 8 del Santos, para coronar una temporada repleta de reencuentros, redenciones y récords inesperados.

Todos, sin embargo, conducen al mismo nombre: el de Fabio Carille. Con apenas 44 años, este ex zaguero que llevaba ocho temporadas ejerciendo de técnico auxiliar no era la primera opción de los dirigentes cuando el pasado diciembre se sentaron a diseñar una temporada que nacía convulsionada.

Tampoco era la segunda. Pero, ante las negativas de los elegidos para dirigir a un equipo que había acabado el año séptimo y desorientado tras la marcha de Tite a la ‘canarinha’, el puesto acabó siendo para este estudioso del fútbol que había sido la sombra del ahora seleccionador.

 

Sin hacer ruido, a quien algunos llaman ‘Pep’ Carille construyó un equipo sólido y dio la primera sorpresa con la conquista del campeonato paulista en mayo. La segunda la traerían los cinco meses sin derrotas que siguieron a su caída el 19 de marzo en un partido de la fase de grupos del campeonato regional.

De repente era agosto y el Corinthians había batido el récord de puntos en la primera vuelta de la liga, sin bajarse del liderato desde la quinta fecha.

«Sé que de ahora en adelante la exigencia será mayor. Desconfianza, presión, viví todos los lados este año. Fue un aprendizaje enorme», afirmó el técnico hace unos días.

Cuando los resultados no llegaban

Pero no todo fueron aplausos para su Timao. El lado oscuro lo trajo la segunda vuelta, cuando tras ceder su primera derrota ante el Vitoria, el pasado 19 de agosto, a este Corinthians, que parecía no temer a nadie, le entró el vértigo y comenzó a dilapidar un sólido dominio que había llegado a alcanzar los diez puntos de ventaja.

Tampoco ayudó el revés en la Copa Sudamericana, donde un conjunto paulista que iba a por el título cayó eliminado en octavos ante Racing. En poco más de dos meses, aquel grupo infalible sumó seis derrotas en liga reviviendo las expectativas de rivales como el Palmeiras, que se plantó hace diez días en Itaquera con la posibilidad de ponerse a dos puntos en un tensísimo clásico que le paró el pulso a Sao Paulo.

Pero el Corinthians venció 3-2, salvó el partido y también el primer año soñado de su entrenador en primera fila.

El retorno de la alegría

Entre ese plantel de clase media que palidecía mientras los poderosos vecinos paulistas del Corinthians se rearmaban con grandes fichajes, nadie ilustra mejor este año de redención en el Corinthians que Jô.

Criado en el popular barrio de Itaquera, que ahora acoge el flamante estadio mundialista del Timao, y formado en el club, la vuelta a casa con 30 años de este espigado delantero que salió para comerse el mundo y regresó tras una carrera internacional llena de polémicas, altibajos y algunos destellos como su convocatoria para el Mundial2014, generó mucha desconfianza entre la hinchada.

Pero quien reapareció no fue aquel chico descentrado de los últimos años, sino un futbolista maduro, obsesionado con triunfar en el club de su vida, que no tardó en convertirse en el artillero del equipo en liga. Con 18 tantos, dos en la remontada de este miércoles,  Jo es ahora el máximo anotador de todo el torneo mientras disfruta de la juventud que parecía haber perdido lejos de casa.

«Cuando llegó, dijeron que no marcaría ni dos goles. Que desconfíen de mí, todo bien, ¿pero de un tipo que jugó la Copa del Mundo? Él me ayuda mucho a contener la euforia de los jóvenes. Para mí, es el mejor 9 de la liga brasileña», le había defendido Carille.

Como el Corinthians, Jô no había dicho todavía su última palabra.

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