El sentimiento de pena y rabia que ha tenido esta semana el plantel de Nueva Zelanda no es solamente por perder la posbilidad de participar en el Mundial de Rusia 2018, sino que también por la amarga y accidentada estadía que vivieron en Lima donde jugaron el partido de vuelta del repechaje.
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Tras el encuentro ante los pupilos de Ricardo Gareca, el técnico de Nueva Zelanda, Anthony Hudson, relató parte de los inconveniente que tuvieron con la «sorpresa» que le tenían los hinchas peruanos durante la madrugada del miércoles.
«No dormimos toda la noche debido a los fuegos artificiales. Hoy pensé que podría descansar por una hora cerca a la piscina y de la nada llegaron jets de combate y pilotos tomándose selfies en sus aviones con las camisetas de Perú (…) La lección que nos queda es que debimos habernos quedado en un hotel cerca al de la selección peruana. Eso nos habría ayudado», afirmó el técnico en conferencia de prensa.
El relato del entrenador siguió y confesó que como grupo no estaban «destinados a ganar dados todos los obstáculos que se pusieron en nuestro camino. Desde el problema del vuelo, los fuegos artificiales, la bulla de los aviones, el que vean nuestro entrenamiento. Todo lo que ustedes pudieron hacer, lo hicieron«.
Pero, para ser sincero. los malestares de Nueva Zelanda no partió en Perú sino que en su país cuando se subieron al avión que los traería a Sudamérica. «Siempre soy honesto y quizá no deba serlo en algunos momentos, pero creo que ha sido pobre. Nos subimos al avión y le pregunté a la azafata cuánto iba a demorar hasta Perú y ella dijo: ‘No vamos a Perú, vamos a Chile«, concluyó algo molesto Hudson
En Perú vale todo. Eran las 3:42 de la madrugada en Lima y los hinchas lanzaron fuegos artificiales frente al hotel donde se hospeda el plantel de Nueva Zelanda… 😧🇵🇪🔥 https://t.co/ITLFvy4Tpr
— Ataque Futbolero (@AtaqueFutbolero) November 15, 2017