Algunos dirán que se alinearon los astros. En poco más de una semana, pasaron tres cosas que podrían marcar el futuro de la Roja: Pellegrini dijo que no por enésima vez, Bielsa fue “suspendido temporalmente” del Lille y Bonini se nos fue, generando una repercusión que sorprendió a muchos, pero que viene a confirmar la aceptación popular del trabajo que hizo la dupla argentina en nuestro país.
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Tras el nuevo autodescarte del Ingeniero -quizá el otro que podía llevar a cabo un proyecto refundacional en la Selección- y la inminente salida del Loco de Francia, es el momento de que la ANFP se la juegue por ir a buscarlo. Con los futboleros todavía de duelo por la no clasificación al Mundial, un golpe de efecto como la vuelta del rosarino podría reencantar a los que aún no aceptan la farra en las Eliminatorias.
Pero para convencer al transandino hay que hacerla piola, no salir a decir que es “una opción” o “una carta”, como respondieron Fazio y Salah. Si de verdad lo quieren de regreso, dejen los orgullos al margen, vayan donde Mayne-Nicholls y pregúntenle qué deben hacer para seducirlo, porque está claro que venir a meterse a esta bolsa de gatos que sigue siendo el fútbol chileno no asoma muy atractivo.
A todo esto, ¿cuándo se van a poner las pilas para separar a la Asociación de la Federación, así los clubes dejan de apropiarse de los recursos que genera el Equipo de Todos para llenarse los bolsillos o tapar sus deudas? Ha faltado voluntad para realizar un cambio que cae de cajón en tiempos donde varios se llenan la boca hablando de transparencia, pero se aprovechan de que las platas van a parar al mismo saco y se ponen a la cola para cobrar el cheque.
Con los ingresos que ha producido la selección chilena en los 10 años que han pasado desde que llegó Bielsa, debería haber presupuesto para traer a un técnico de élite, pero como una parte se la robaron Jadue y compañía y la otra se la han repartido los equipos, hubo que contratar a un DT de segunda línea y miren cómo terminamos. Hasta para construir un Pinto Durán decente alcanzaría.
“El que no arriesga no gana”, dice la canción “Loco por volverla a ver” de Las Pastillas del Abuelo. Tome ese consejo, Don Arturo, deje por una vez de lado su pasividad característica y vaya a buscar a Don Marcelo, porque es casi unánime que acá están locos por volverlo a ver.