«Me da pena, porque son tantos años juntos que es difícil que se vaya del lado donde estuvimos siempre«, decía entre lágrimas Cristián Álvarez el pasado 21 de agosto, cuando su eterno amigo en el fútbol, Milovan Mirosevic, anunciaba su retiro de la actividad profesional, en una emotiva conferencia de prensa en San Carlos de Apoquindo.
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Los últimos dos grandes ídolos de Universidad Católica crecieron, triunfaron y sufrieron juntos en innumerables ocasiones. Desde niños, esta fuerte amistad se forjó en el fútbol formativo de la Franja, en tiempos en que la familia del Milo le daba alojamiento en la capital al Huaso para así aliviar el peso de los viajes desde Curicó que hacía en soledad desde los 13 años.
Como dos buenas historias cruzadas, el punto de partida en el fútbol profesional lo vivieron el mismo día: el 14 de septiembre de 1997, en aquel extraño clásico entre la UC y Colo Colo que se jugó con juveniles en Las Condes, a raíz de la histórica huelga que llevó a cabo el Sifup, encabezado en aquella época por Carlos Ramos, Mario Salas y Carlos Soto.
Después vinieron 20 años en los que combinaron alegrías en conjunto, éxitos por separado y felices reencuentros. Con la UC conquistaron juntos el Apertura 2002, la Copa Chile 2011, la Supercopa 2016 y el Apertura 2016-2017, aunque en estos últimos dos Mirosevic no pudo ver acción por lesión.
La camiseta de Católica no fue la única que los unió. Con la Roja sigueron caminos similares: a nivel juvenil jugaron el Mundial Sub 17 de Egipto en 1997, en el 2000 formaron parte del plantel que consiguió el Bronce en los Juegos Olímpicos Sydney 2000 -aunque el Milo sólo estuvo en la nómina de reservas-, mientras que en la Selección adulta los dos totalizaron 25 encuentros.
Jugaron en grandes de Argentina, tuvieron una experiencia juntos en el extranjero en el Beitar Jerusalem de Israel y en la fase final de sus respectivas carreras se reencontraron en Católica. El 22 de abril pasado, en el triunfo 5-2 de la UC sobre O’Higgins en San Carlos, jugaron juntos por última vez a nivel profesional. En mayo vendría el anuncio de retiro de Álvarez -aunque medita retractarse y seguir un año más en el fútbol rentado- y el retiro efectivo de Mirosevic en agosto, a causa de una rebelde lesión en la rodilla.
Cristián Álvarez y Milovan Mirosevic, con su historia cruzada por el fútbol, se quedan en conjunto con el Premio a la Trayectoria en los Premios El Gráfico 2017.