«Los minutos que he entrado los he tomado muy bien. Siento que estoy aprovechando la oportunidad que me está dando el profesor; estoy con una confianza enorme. Ojalá seguir sumando más minutos y afirmarme como titular«. Estas palabras fueron emitidas por Pablo Aránguiz a El Gráfico Chile en febrero de este año, cuando recién comenzaba a ilusionarse con ser el encargado de mover el mediocampo de Unión Española.
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10 meses después de esa entrevista, nuestro medio lo premia como el mejor jugador joven del año. El proceso para lograr este galardón se inició durante el verano, cuando Aránguiz no tuvo problemas para aguantar la presión y guiar durante los segundos tiempos a los hispanos en su participación en la Copa Libertadores.
Tras quedar eliminados del torneo internacional, el volante entendió que su foco estaba en ganarse la confianza de Martín Palermo para ser titular en Primera División y así fue. En este campeonato ha disputado 13 partidos, de los cuales 12 los ha comenzado desde el inicio.
Esta última estadística mencionada va de la mano con lo importante que ha sido para cumplir en la regla Sub 20 de la ANFP que obliga a cada club a sumar al menos 675 minutos con juveniles. El volante hispano se ha llevado el peso de esta norma, puesto que ya ha jugado 883 minutos.
Sin duda, el hallazgo de la temporada del fútbol chileno.
