Una vez finalizado el Transición 2017, Mario Salas dejará de ser director técnico del primer equipo de Universidad Católica. Por lo mismo, en Cruzados ya manejan nombres de candidatos para hacerse cargo del plantel de honor a partir de enero de 2018.
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En ese sentido, la carta que emerge con más fuerza es la de Miguel Ramírez. En Las Condes resulta atractivo el trabajo que el ex defensor ha realizado en San Luis de Quillota, pero para conseguir su fichaje tendrán que competir con una importante oferta económica que Cheíto tiene desde el Medio Oriente.
Más allá de ello, quien fuera capitán de la UC entre 2001 y 2003 tiene contrato vigente hasta fines de 2018 con el elenco canario, pero cuenta con una cláusula de salida fijada en 100 mil dólares para acabar de forma anticipada su contrato una vez acabado el Transición.
Otro nombre que seduce en la precordillera es el actual entrenador de Everton, Pablo Sánchez, quien mantiene una cercana relación con el actual gerente deportivo de Cruzados José María Buljubasich, a raíz de sus años como futbolistas en Rosario Central. Eso sí, Vitamina tiene contrato hasta mediados de 2019 en Viña del Mar.
Más difícil para llegar a la UC es la opción de Martín Palermo, quien de clasificar a la Libertadores 2018 con Unión Española renovaría automáticamente por una temporada más en el club hispano. También, pero con menos opción, está entre los candidatos el argentino Rodolfo Arruabarrena, actualmente en el Al Wasl de Emiratos Árabes Unidos.
