El inicio de semestre de Pablo Guede en Colo Colo no fue de los mejores. Tras la estrepitosa caída en el estreno de Copa Chile ante Deportes La Serena en la cuarta región, las críticas no se hicieron esperar contra el técnico, quien, incluso, llegó a expresar que iba a renunciar si el plantel no cambiaba la actitud.
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Esa derrota fue un duro golpe para el argentino por una especial situación: el nuevo esquema para el semestre que estuvo probando durante toda la pretemporada no le funcionó. El 3-2-4-1 no resultó como quería e instalaba las dudas para lo que venía.
Los duelos de pretemporada y el debut en la Copa ante los papayeros fueron con esa formación. La idea de Guede era poblar el mediocampo, jugar con dos creadores, uno de ellos Jorge Valdivia, y dos extremos que alimentaran a Esteban Paredes en el área. Fue así, como Marcos Bolados y Nicolás Maturana se ganaron un lugar en la titularidad, pero con el correr del semestre sólo el ex Necaxa se mantuvo en las citaciones, mientras que el formado en Antofagasta dejó de ser considerado por su bajo rendimiento y sus constantes lesiones.
El cambio fundamental
Guede siempre quiso tener a Esteban Pavez y Claudio Baeza en la línea de contención y así adelantar a Jaime Valdés para que fuera el creador junto a Valdivia. Sin embargo, la partida del Mono al fútbol brasileño y una charla clave con los jugadores lo hicieron volver a su esquema tradicional: 3-4-1-2.
Con este modelo. el equipo se vio con mayor poder ofensivo y logró orden defensivo, ya que en varios pasajes variaba a una línea de cuatro defensores, en la que generalmente Gabriel Suazo se retrasaba y Valdés se abría al sector izquierdo, dejando a Baeza solo en la contención.
También contribuyó el retorno en buenas condiciones de Matías Zaldivia, quien conformó un gran bloque defensivo con Julio Barroso y Fernando Meza, hasta que este último se lesionó en Temuco y quedó fuera para los últimos partidos del Transición.
Un cambio de esquema que vino sobre la marcha y casi por obligación, pero que trajo sus réditos con la conquista de la estrella 32 para Colo Colo y que le permitió a Guede sumar su tercer trofeo en los albos, además de su primer título en un torneo de Primera División.