Totalmente destruido quedó Nicolás Córdova, director técnico de Wanderers, tras el increíble descenso de su equipo a Primera B luego de perder por penales ante Unión La Calera en Valparaíso.
PUBLICIDAD
El adiestrador porteño se mostró muy triste en conferencia de prensa y no quiso asegurar su continuidad en la escuadra porteña, que igual jugará la Copa Libertadores en 2018, sentenciando claramente que «los jugadores nunca pudieron aguantar la presión de esta instancia«.
«Si bien se terminó jugando de buena forma el campeonato, no nos alcanzó el puntaje y ahora en esta promoción pasó de todo, tuvimos lesionados y enfermos, no es justificativo, pero es lo que tocó«, dijo Córdova.
Sobre el insólito error de Gabriel Castellón y Mario López que los condenó a los penales, dijo que «el error no lo he visto, no tengo noción desde la cancha, pero creo que fue un error grosero. Después vienen los penales, la presión y todo termina en lo que pasó«.
«Este es el momento más triste que he vivido en el fútbol, fueron seis meses de muchas dificultades, la verdad no tengo palabras, simplemente no estuvimos a la altura de la situación», reflexionó.
La presión los mató
Córdova fue claro al asumir que el equipo no tuvo la entereza para enfrentar estos momentos y la presión que significó pelear por la zona baja de la tabla, que los terminó llevando a Primera B.
«Los jugadores nunca pudieron superar la presión, siempre se tomó el tema de forma temerosa y ese fue el punto que no pudimos cambiar, pero esto viene de hace mucho tiempo, es la gran deuda que nos queda«, explicó.
PUBLICIDAD
Además, consideró que «siempre quedó la sensación de jugar en Valparaíso como si fuera una amenaza, no pudimos ganar ningún partido (cinco empates y dos derrotas), ese fue el problema más grande, es un tema de cabeza«.
Sobre lo que viene el próximo año, afirmó que «ni siquiera me puse a pensar como iba a ser el año que viene, ha sido una pena tremenda, este club no se merece lo que vivió hoy. Tomamos un fierro caliente, y si bien la responsabilidad es de quien le habla, esto viene de arrastre, desde antes, pero no pudimos cumplir el objetivo de salvarse del descenso«.
Y del futuro, Córdova aseguró que «dirigir a este club es un privilegio, seguir no depende completamente de mí, depende de lo que quiera el directorio, seguramente ya habrá tiempo para analizar. Es un proyecto que no comenzó de la manera que quería, el tiempo va a calmar esta situación, pero esto lo vamos a llevar para adelante e inevitablemente esto tendrá que ser un trabajo psicológico«.