Columna: Promedio rojo

En este 2017 se acabó la sombra que entregaba el paraguas de la Selección y en los balances quedan más expuestos los papelones de los clubes chilenos en los torneos internacionales, que siguen reprobando con nota roja.

En los últimos tres años, aprobamos gracias a que la Roja nos levantó el promedio, incluido el 2014, más allá de que los necios insistan con la tonterita de que “en el Mundial de Brasil llegamos sólo a octavos de final, igual que con el Pelado Acosta”, que son los mismos que dicen “pero si Bielsa nunca ganó nada”.

Sin embargo, en este 2017 se acabó la sombra que entregaba el paraguas de la Selección, advertida en este espacio pese a los números positivos del 2016, y en los balances quedan más expuestos los papelones de los clubes chilenos en los torneos internacionales, que siguen reprobando con nota roja.

La UC, bicampeona el año pasado, quedó última en su grupo de la Libertadores; Colo Colo, monarca del Transición, no pudo ni pasar de la segunda fase previa en el mismo certamen; y la U, ganadora del Clausura, tampoco logró superar su primera valla en la Sudamericana. Y eso que son los mateos de la clase.

Y algunos ya empezaron con la misma canción de siempre, ésa que dice que “vamos a ir a pelear la Libertadores”, que es como si el alumno que pasó rozando de curso, prometiera transformarse de la noche a la mañana en el premio de excelencia. Para eso hay que ir más allá de las palabras y armar un plantel potente, todo lo contrario a lo que hizo Cruzados.

Blanco y Negro, al parecer, se meterá la mano al bolsillo para darle en el gusto a Guede y conformar una escuadra con nombres de alto vuelo, pero ver para creer, porque varias veces han empezado hablando de Matías Fernández y Lucas Barrios y han terminado trayendo, por ejemplo, a Pedro Morales y Mark González. Y por eso ni siquiera llegaron a marzo en la Copa.

Azul Azul ya avisó que insistirá en su política de fichajes sin costo y así será difícil encontrar un “10” que se eche el equipo al hombro cuando las papas queman en lugar de tirarle pelotazos a Pinilla, por lo que Hoyos tendrá que seguir apelando a los milagros para ver si puede avanzar de ronda. Aunque no basta con tener un profe buena onda.

Así como por el Equipo de Todos zafamos de repetir como país deportivo en temporadas anteriores, esta vez se lo debemos a los menospreciados “otros deportes”, que con títulos mundiales y continentales nos ilusionan de cara al futuro, y que nos salvaron de quedarnos pegados.

Salud por ellos en este Año Nuevo, un brindis en las copas que solitos se ganaron, y un próspero 2018 para los futboleros, más allá de que tendrán que mirar la Copa del Mundo por TV por culpa de una decisión errada del director del colegio de traer a un profesor que no estaba a la altura.

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