Gonzalo Pérez Amar, enviado especial a Lima.
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El ir y venir de motos, autos y camiones de competencia por las calles llenas de tacos de Lima dan cuenta que el Dakar está a la vuelta de la esquina. Pese a que en el día a día los limeños aún no muestran el entusiasmo de otras oportunidades y la visita del Papa Francisco copa la agenda, lo cierto es que la partida de la prueba madre del cross country está a sólo un día y el ruido de los motores en las verificaciones técnicas que se realizan en la base aérea de Las Palmas lo hacen sentir.
Dentro de ese ensordecedor sonido que generan los vehículos que el sábado comenzarán la carrera más exigente del mundo hay un pequeño grupo de ocho chilenos que quiere sonar más fuerte que el resto. Una pequeña “armada” nacional que ya tiene afinados los últimos detalles para recorrer Perú, Bolivia y Argentina y completar los 6669 kilómetros de la mejor forma.
Y aunque sólo ocho nacionales dirán presente en la largada de Lima, las expectativas son altas y recaen en dos pilotos: Pablo Quintanilla e Ignacio Casale. Con serias opciones de ganar en la categoría de motos y cuadriciclos, respectivamente, Quintafondo y el Perro son las grandes cartas chilenas para cumplir ese sueño de estar arriba del podio, el próximo 20 de enero en Córdoba.
Los pergaminos de los chilenos no son pocos. Quintanilla, por ejemplo, llega con el aval de haber obtenido el 2017 el bicampeonato mundial de rally cross country, superando a los mismos pilotos que le darán pelea en el Dakar, y con la sed de revancha tras haberse retirado por lesión en la décima etapa de la pasada edición del Dakar, cuando marchaba segundo y luchaba por el esquivo título.
“El Dakar es un gran sueño, un gran objetivo, deseo ganarlo y no oculto mi intención y mis ganas. Voy a correr y dar el cien por ciento. (Ganar) sería un sueño hecho realidad, es una carrera que todos los pilotos queremos ganar, la carrera más difícil, la más extrema, la más larga, la más completa, donde estamos dos semanas sometidos a un estrés físico y sicológico”, dijo hace unas semanas el sanantonino en entrevista con El Gráfico Chile.
Ignacio Casale también tiene cartas que mostrar para alzarse como uno de los favoritos en el Dakar 2018. Tal como Quintanilla, el Perro tiene ganas de olvidar con un título el segundo lugar que cosechó en la pasada edición de la carrera.
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La principal idea del piloto de cuadriciclos es revalidar la primera ubicación conseguida en 2014, cuando subió al podio de Valparaíso para unirse a la historia del Dakar y también del deporte nacional al ser el primer chileno en conquistar el título en cualquiera de las categorías.
Ahora, con los favoritos chilenos más maduros que en ediciones anteriores y con la sed de revancha, la opción de un doblete histórico es completamente. Dos títulos que pueden ser la carta de presentación perfecta para que el Dakar vuelva a Chile después de tres años de ausencia.