Gonzalo Pérez – enviado especial a Pisco
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El día para el equipo Mini no empezó nada de bien y la segunda etapa del Dakar los condenaba rápidamente. Es que a muy pocos kilómetros de empezar la especial que comprendía un loop de 273 kilómetros por las dunas de Pisco, el estadounidense Bryce Menzies destrozó su buggy y tuvo que retirarse.
Por si el abandono de uno de sus candidatos no fuera suficiente, luego, cuando la especial no llevaba más de 68 kilómetros y eran muy temprano por la mañana, vino una noticia peor con un choque entre dos compañeros de la marca inglesa: el chileno Boris Garafulic y el saudí Yazeed Al-Rahji. La carrera parecía acabada para ambos y muchos los dieron como retirados de la carrera.
Sin embargo, sin darse por vencido y pese a que muchos lo dieron por retirado, el nacional esperó y esperó en medio de las altas temperaturas del desierto por su asistencia. Y la espera valió la pena. El camión llegó hasta el lugar del accidente y comenzaron las reparaciones para que la carrera de los dos competidores no se acabe.
Por eso, cuando eran casi las 15 horas en Perú (17:00 horas de Chile), los mecánicos de Mini que estaban en Pisco confirmaron a El Gráfico Chile que estaban en los últimos arreglos de los vehículos de Garafulic y Al-Rahji para que sigan en competencia. Un poco más de una hora después, el chileno empezó su andar y ya se encontraba marcando en los puntos de control. Su compañero, en tanto, llegaba al rato a la meta.
Finalmente, después de ocho horas, 46 minutos y 43 segundos de cronómetro en competencia y con 14 horas en el desierto, el empresario chileno llegó a la meta y puede seguir soñando con el ansiado top ten que viene buscando desde que empezó a competir en el Dakar.