Durante el último año, hablar de pretemporada al interior de Wanderers era referirse a un sistema de concentración en el balneario de Marbella, lugar donde tenían todos los lujos para poder trabajar en la parte física y descansar tras largos entrenamientos.
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Pero con el descenso a Primera B toda la la planificación del equipo caturro cambió del cielo a la tierra, por lo que los dirigidos por Nicolás Córdova tendrán que ajustarse el cinturón para preparar la campaña 2018.
Debido a la reducción de costos, el plantel caturro no se moverá de Mantagua. En el recinto deportivo realizarán los trabajos con balones y además utilizarán el gimnasio disponible para hacer el acondicionamiento físico. El almuerzo se realizará en un restaurant cercano a las canchas de práctica y a diferencia de otros años, los jugadores no tendrán un sistema de concentración, por lo que deberán ir a dormir a sus hogares.
Según el diario El Mercurio de Valparaíso, no solo la pretemporada sufrirá cambio sino que también el presupuesto para este 2018. Debido al descenso a la B, Wanderers deberá rebajar los recursos económicos y sólo gastará 78 millones de pesos en sueldos de sus jugadores. 30 menos que en 2017.
En esa política de austeridad también se iniciarán las negociaciones para disminuir el sueldo de jugadores como Ezequiel Luna y Enzo Gutiérrez, quienes actualmente son los que más ganan en el plantel caturro. De no llegar a acuerdo, ambos valores dejarán la institución.
Un panorama oscuro para los verdes, que tendrán sus dos primeros desafíos a fines de mes. Primero la Supercopa de Chile ante Colo Colo (27 de enero) y días después la llave de segunda fase de Copa Libertadores ante Melgar de Perú.