Por Gonzalo Pérez Amar, enviado especial a San Juan de Marcona
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Pablo Quintanilla está respondiendo a su condición de candidato para quedarse con el título en la categoría de motos del Rally Dakar 2018. Quintafondo está cargando sin problemas la pesada mochila de ser el bicampeón mundial de cross country y tras cuatro fechas disputadas, marcha en la segunda ubicación de la tabla general.
El sanantonino ha sabido lidiar con la complicada navegación que ha tenido el inicio de la competencia en las dunas del desierto peruano y ya impuso sus términos y condiciones para estar a un minuto y 55 segundos de alcanzar al líder, el francés Adrien Van Beveren de Yamaha.
Pero, pese a los buenos resultados, el inicio de Dakar no ha sido tan fácil como se piensa al ver la clasificación general. Desde que salió de Lima, el pasado 6 de enero para la primera etapa, Quintafondo ha tenido que lidiar con una intoxicación alimenticia que lo tuvo hasta este lunes con vómitos y malestares estomacales.
«Pablo estuvo con un problema estomacal desde que salió de Lima y estuvo en las primeras etapas, sobretodo en la segunda, con vómito y diarrea. Estuvo luchando contra eso y además no podía comer. Lo rehidratamos de una manera correcta y aplicamos medicamentos para que no vuelva a vomitar», dice el médico de Husqvarna, Jaime Figueroa.
Aunque ya está mejorando, el facultativo asegura que aún no está en la plenitud de sus capacidades y recién este martes llegó a un ochenta por ciento de su condición física, por lo que en los próximos días puede seguir mejorando su nivel para alcanzar el ansiado primera lugar del Rally Dakar 2018.
«Lo nutrimos lo mejor posible para que pudiera rendir al cien por ciento y estamos llegando a un momento en que empieza a rendir mejor. Pese a su enfermedad, Pablo, como lo puedes ver, está arriba en la clasificación. Viene de menos a más y ahora está en el momento de ir ascendiendo en su forma física», agrega Figueroa.
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Pero los vómitos y los dolores no fueron el único inconveniente que le trajo esta intoxicación a Pablo Quintanilla. La falta de alimento ha implicado un cansancio mayor en el chileno y le producen una incrementada fatiga al momento de enfrentar las largas horas que están sobre la moto y expuestos a altas temperaturas. Por si fuera poco, la deshidratación también juega un rol fundamental al momento de enfrentar una etapa.
Comiendo mucho arroz y pollo hervido y sin poder desayunar, Quintanilla no sólo ha tenido que lidiar con los problemas que le da la ruta, sino que también con su propio físico.
«El rally es un deporte que exige mucho, entonces es importante que el piloto esté nutrido desde antes de la etapa. Tendría que haber desayunado bien para que tenga un buen rendimiento, pero con la enfermedad no pudimos hacerlo. Estar tantas horas en el trajo de motociclista y en la moto predispone a una deshidratación importante. Bebía mucho líquido, electrolitos, y tratamos de hacer lo mejor posible», señala el médico.
Pese a todos los problemas, Pablo Quintanilla demostró sus condiciones sobre la moto y ahora que está mejorando va por más: «siempre es una molestia cuando no te sientes bien, me deshidraté ayer (lunes), no he podido comer bien. Mi cuerpo no está al cien por ciento, me falta fuerza, pero voy mejorando. No saco nada con quejarme y sólo debo ir recuperándome, la idea es ir subiendo».